jueves, 25 de abril de 2013


Hay que apoyar y no atacar la lucha de los maestros
Los ignorantes que sólo critican el movimiento magisterial y piden palo para ellos, son unos ignorantes, deberían conocer que el magisterio nacional está indignado, se manifiesta y lucha por ser escuchado debido a que con la llamada reforma educativa impulsada por el gobierno, se ponen en riesgo la estabilidad en el empleo y la gestión colectiva de las condiciones de trabajo de cientos de miles de docentes.
 En efecto, con la reforma a los artículos 3° y 73 de la Constitución, promulgada el 26 de febrero pasado, de un plumazo se echan por tierra los preceptos contemplados en el apartado B del artículo 123 de la misma ley, que se refieren a los derechos laborales de los trabajadores públicos de la Federación y en cuyo párrafo X dice: "Los trabajadores tendrán derecho de asociarse para la defensa de sus intereses comunes". En lo sucesivo se anula la bilateralidad.
 Con la reforma se establece que el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación se encargará del ingreso promoción y permanencia de los docentes. Con esta reforma el gobierno  acata directrices de la OCDE en el sentido de llevar a cabo la aplicación de pruebas estandarizadas para medir el desempeño de los maestros, y usar dichos cuestionarios como el elemento central para el eventual despido.
 La reforma es también parte de un proceso que tiende a la anulación de las escuelas normales como las formadoras de los docentes para la educación básica y a su cierre posterior. En efecto, ningún egresado de las normales públicas tendrá una plaza acorde con la formación que recibió y en la que el Estado invirtió recursos. Ahora se aplicará un cuestionario estandarizado y sobre esa base el INRR determinará quien es idóneo y tiene vocación para la docencia.
 Los maestros y la ciudadanía enterada (la no lavada de cerebro) reprueba la campaña de linchamiento mediático que impulsa el gobierno federal  contra el magisterio en su lucha para que sean atendidas sus legítimas demandas. Los dirigentes sindicales oficialistas, conocidos como charros, que son los que dejó Elba Esther Gordillo al frente del  SNTE, no representan a los maestros, fueron impuestos por ella  con la complacencia del gobierno. Son fuente principal del malestar de los docentes. Las autoridades deben entablar diálogo directamente con los representantes de los maestros inconformes con la reforma, pero no un diálogo simulado.
 Los maestros disidentes subrayan que es falsa la afirmación de que los maestros se niegan a ser evaluados, que se quieren autoevaluar y que no se preocupan por la educación. Al contrario impulsan que sus propuestas, proyectos y experiencias sean considerados a la hora de hacer cambios a planes y programas. Son los maestros en activo los que tienen el pulso de la situación cotidiana en las escuelas públicas de todo el país. Ante las carencias, que son muchas, buscan y encuentran soluciones para que sus alumnos no abandonen la escuela, especialmente en las zonas de extrema pobreza.
 Que sea el diálogo fructífero y no el tolete lo que marque la respuesta de las autoridades  a las legítimas demandas de los maestros.
 Con la campaña de linchamiento contra el magisterio y con la cada vez más abierta histeria represiva, las autoridades pretenden ocultar que la política educativa seguida en México por los gobiernos neoliberales ha profundizado  las desigualdades y las deficiencias del sistema educativo nacional. Muestra de ello es el enorme rezago educativo acumulado que ronda los 38 millones de mexicanos.
 Hay un claro retroceso en materia presupuestal. Los salarios de los maestros no han recuperado su poder adquisitivo. Ninguna de las reformas  a planes y programas ha sido consultada ni mucho menos evaluada, la experiencia  y opinión de los maestros en servicio no ha sido tomada en cuenta  para realizar los cambios, los programas de mejoramiento de escuelas han sido remiendos temporales, las becas para los alumnos de primaria son magras y escasas, las universidades públicas  se ahogan en sus problemas por la falta de recursos.
  El gobierno actual no está preocupado por la educación sino por la represión al magisterio, por cerrar las normales públicas y por mostrar que hay y habrá macanas de sobra para todo aquel que disienta y exprese críticas a sus políticas. Por todo esto y más son por lo que lucha el movimiento magisterial con sus plantones para dejarse oir por el sordo gobierno neoliberal que padecemos. Y los que critican a los maestros nomás por lo que oyen en las televisoras, les conminamos a empaparse más de los movimientos sociales y su verdadero origen, la voz del pueblo no se equivoca. Y los merolicos vendidos de la televisión como López-Dóriga, Loret de Mola, la Micha, Javier Alatorre y demás testaferros informativos, no son la voz del pueblo.




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