sábado, 4 de julio de 2015

¿Te gusta divertirte adolescente? Bien, solo hay dos caminos, TÚ eliges

                      Por Federico González Alfaro

La Oficina de Naciones Unidas en contra del crimen y la delincuencia organizada, acaba de sacar su reporte anual. Tengo la fortuna de ser más que amigo de uno de sus directores (es mi primo). El problema es más grave de lo que piensas jovencito.
La gente mala es muy interesante para los adolescentes como tú.
Es muy difícil hacerte interesante a la gente buena, son muy aburridos.
Sin duda, es más fácil y divertido llegar al vicio, a la locura, al ridículo que hacer lo correcto. Es más fácil y placentero recibir sexo, drogas, alcohol, dinero fácil que un título universitario, que tener una familia, buenos hijos, buenos amigos, un negocio o una profesión exitosa. Para eso, se tiene que estudiar, trabajar, vivir correctamente y eso, es bastante aburrido.
Es más fácil reinar en el desorden que vivir haciendo lo correcto.
Lo prohibido es una sensación maravillosa, agradable hasta las entrañas. Pronto te darás cuenta que no es así, eso que te da hoy placer, te dará dolor y oscuridad.
No me asustan las drogas, ni el sexo, ni el alcohol, mucho menos un  adolescente que busca diversión como tú. Esa película, ya la he visto varias veces y conozco, más de un final.
Los humanos, somos por naturaleza animales sociales. Nos gusta la convivencia, la camaradería, la diversión, buscamos pertenecer a un grupo y ser aceptados. El problema comienza cuando entramos al grupo equivocado. Al grupo que nos da emociones intensas, placer inmediato, diversión extrema. Lo que inicia como una broma, como un juego, lentamente y sin darnos cuenta, entramos a su círculo perverso.
Las bromas se transforman en actos vandálicos, el nivel de violencia aumenta, el peligro va aumentando más y más, hasta, llegar a las drogas, alcohol, enfermedades venéreas, embarazos no deseados, relaciones peligrosas con gente cada vez más peligrosa.  De ahí, crímenes, infligir el máximo dolor posible, la crueldad suprema.
Cuando ya eres un adicto, un alcohólico. La cárcel, los centros de rehabilitación, los grupos de oración, los grupos de ayuda, no sirven de nada. Un adicto es un adicto, un alcohólico es un alcohólico por el resto de su vida.
Convertir en adicto, en un alcohólico a un adolescente como TÚ es muy fácil. Eres muy fácil de convencer, eres muy débil aunque te sientas valiente. Todos los días, se te somete a un lavado de cerebro para hacerte un adicto, un alcohólico,  un idiota, un fracasado. La música de banda, los reality shows, las telenovelas, hasta los comics. Todos los días, por todos los medios, se te vende el placer fácil. Te convencen que el sexo es diversión, no responsabilidad, que el cuerpo es un objeto de simple placer. Que el alcohol y las drogas son para los que saben divertirse, que el dinero es de los delincuentes, no del hombre honesto.
Todas estas estupideces, toda esta basura te llega sin estar preparado, sin defensas. A sus padres y maestros, TÚ mismo los apartas, te son un estorbo.
La vida, jovencito, no es como la imaginas. Esos que hoy te ofrecen placer, te van a dar un dolor intenso. Tus antiguos amigos te delataran, esos compañeros del desorden, con el tiempo, vas a darse cuenta que fueron las personas más dañinas que encontraste en tu vida, las que más daño te hicieron y te harán.
No tienes el único grupito de idiotas, hay muchos grupitos de idiotas como ustedes. Agrupados en tribus o pandillas por su clase social, por su raza, por su forma de vestir, por su música, por su equipo de futbol. Pretexto no faltan para reunirse en grupo para hacer tonterias. Todos, buscan lo mismo, placer, diversión, pero… todos van a encontrar lo mismo. Dolor.
Ningún castigo, tratamiento te va a funcionar si no deseas salir TÚ mismo de tu infierno personal. Nadie va a interpretar TÚ lamentable papel.
El sexo, las drogas, el alcohol, el dinero, son una trampa exquisita para convertir a un joven con futuro en un fracasado, en un drogadicto, en un alcohólico, en una escoria. Si TÚS padres te dan algo de dinero, lástima. No hay capital que te vaya a durar. El dinero, tu salud, tu juventud se te van a escurrir entre los dedos sin darte cuenta.
¿Ahora lo ves divertido?
No necesito una bola de cristal para ver TÚ futuro, tampoco TÚ la necesitas.
Todo tiene su precio.
¿Qué vas a decir cuando te des cuenta de tu fracaso? ¿Qué te dirías si te vieras en un hospital, en la cárcel o en la funeraria?   ¿Yo solo quería divertirme?
En la vida solo hay dos formas de aprender.
Una escuchando y otra sufriendo.
Si no quieres escuchar, prepárate a sufrir.
Si ese es tu camino, si esa es tu elección, pues disfrútala. Si no, ya sabes qué hacer.

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