viernes, 2 de octubre de 2015

Ser joven en México es una situación de riesgo

                            Por Federico González Alfaro

La violencia, el crimen organizado, la corrupción, la injusticia en México es tanta, que ser joven en este país es una verdadera situación de riesgo.
Su servidor, tiene una gran amistad desde hace años, con uno de los mejores especialistas en delincuencia organizada en el mundo, el Dr. Edgardo Buscaglia.  Sus estudios, se basan en tratados y en las mejores prácticas probadas a nivel global para reducir la criminalidad. Coincido con Buscaglia, a balazos, nunca vamos a terminar con el problema.
 La Oficina de Naciones Unidas en Contra del Crimen y la Delincuencia Organizada, señala que no se puede, ni se debe criminalizar y excluir a jóvenes que se encuentran en una situación de riesgo.
Para decirlo de forma sencilla, no podemos los policías, militares o los mismos padres de familia, l ponerles la ETIQUETA DE DELINCUENTES, cuando en realidad SON UNAS VÍCTIMAS.  Recordemos el caso de los normalistas de Guerrero. Criminalizaron y ejecutaron a 43 inocentes.
Los problemas de inseguridad, no solo en Sayula, en todo México, son en realidad, producto de otros males, son un daño colateral de la pobreza, de la desigualdad social, de falta de oportunidades, de la falta de justicia.
Es necesario, hacer entender a estos niños, adolescentes y jóvenes, que son ellos los actores de su propio futuro y del futuro de nuestra sociedad. Debemos entender sus motivaciones, escuchar sus opiniones, deseos y miedos de su futuro. ¿No les perece que es ya tiempo de aprender a escucharlos?
En todo México, es bastante común que jóvenes realicen labores de halconeo (vigilancia). No por cerrar los ojos o negar el problema dejara de estar presente en nuestra sociedad.
Pues bien, quiero decirle a estos jóvenes, que de acuerdo a las mejores prácticas de Derecho Internacional, jamás los vera como delincuentes, si como víctimas, pero nunca como criminales. Se han aprovechado de su juventud, de su inexperiencia, sin estar ustedes verdaderamente consientes de sus actos. Este simple hecho, los convierte en víctimas, nunca en criminales.
En México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sentó como criterio que las leyes que pretenden castigar esta actividad deben ser claras y precisas para evitar que se utilicen como pretexto para sancionar el derecho a la información y a la libertad de expresión. Esto, NO SIGNIFICA, que dicha actividad NO PUEDA SER CONSIDERADA COMO UN DELITO, BAJO CIERTAS CONDICIONES.
La pésima interpretación que se le estaba dando a esta actividad, hizo que se cometieran un sinfín de atropellos y arbitrariedades, sobre todo con periodistas e investigadores. Pero, mucho ojo, si se llega a probar, que su acción, está facilitando la comisión de ciertos delitos consumados, permanentes o continuados, las diversas instancias judiciales a nivel federal y estatal, disponen las formas de autoría y participación de estos ciudadanos para una efectiva rendición de cuentas.
Para que lo entiendan en palabras sencillas, si se cometió un hecho delictivo o se está cometiendo un hecho delictivo o se va a cometer un hecho delictivo, al tiempo que realizan una acción de vigilancia, esta, si se le puede considerar como partícipe del mismo hecho delictivo.
Estos jóvenes no son malos, son jóvenes que necesitan de su sociedad, y… su sociedad, necesitamos de ellos. Son jóvenes, que por su misma condición, son utilizados como instrumentos por el crimen organizado, líderes políticos, grupos subversivos, tratantes de blancas…
Su situación es muy vulnerable. No debemos ni podemos criminalizarlos, repito, no son ellos los únicos responsables de su situación. La escuela, la familia, la religión, sobre todo, las mismísimas autoridades, son las verdaderas responsables de su situación.
¿Cómo podemos hacerlos hombres de bien? ¿Qué podemos hacer para retenerlos?
La respuesta no está en el miedo, el la violencia, en la represión. Esta en darles una oportunidad, tenderles la mano.
Animo jóvenes, en ustedes esta el futuro del país.

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