Por Arturo Fernández Ramírez
Muy a propósito de las recién concluidas fiestas religiosas que en honor a la Virgen de Guadalupe se celebran en nuestro municipio, algo que podemos destacar son el gran número de danzas que año con año se organizan para participar en estas fechas.
Resulta significativo el entusiasmo e interés que miles de sayulenses, mujeres y hombres, niñas y niños, jóvenes y adultos, muestran para formar parte en estos grupos de danza.
Es un fenómeno que de unos años a la fecha ha crecido en forma relevante dando como resultado que en la actualidad sean más de 25 danzas.
La más antigua es la que se conoce como La Virgencita, además de ser la más numerosa, aunque en este año en comparación con anteriores, se vio mermada en número de integrantes, quizá porque en ese mismo barrio ensaya otra danza autodenominada La Alameda. Pero no por ello la danza de La Virgencita dejó de ser la más grande en cuanto al número de danzantes.
Otra danza que también es tradicional es la que se conoce como de Verdín (aunque su nombre oficial es otro), la cual se ha visto últimamente disminuida en forma considerable. Los principales danzantes que aquí solían participar emigraron a otros grupos, creando otras danzas, pero el grueso pasó a formar parte de la danza de La Pilita, que es una de las más grandes y que ha tratado de adoptar el estilo de danza de la de Verdín.
La danza exclusiva de mujeres, cuyos ensayos los realizan en el barrio de la Candelaria, también ha logrado mantener su nivel y por alrededor de 25 años ha procurado destacar en su estilo de baile.
Y así pudiéramos seguir hablando de las danzas que año con año se preparan desde la última semana de octubre para llegar con la mejor preparación el 12 de diciembre, sobre todo las que por el tiempo que se han sostenido, forman parte de esta tradición que caracteriza a las principales fiestas religiosas de nuestro municipio.
También podemos destacar la variedad que se ha dado en el tipo de danzas, las más tradicionales son las llamadas "sonajeras", pero de igual forma han incrustado las "huaracheras" que se identifican más con Zapopan. Y las propiamente "autóctonas" que en realidad, podríamos decir, son las que más se apegan a la tradición del origen de las danzas, ya que de acuerdo al catecismo de la Iglesia Católica, la aparición de la Virgen de Guadalupe trajo como consecuencia la conversión de los naturales, es decir, de las razas que fueron conquistadas por España, por eso las danzas "autóctonas" no hacen sino recordar esa conversión.
Y en base al origen de las danzas, es como también se cuestiona la vestimenta que utilizan algunas danzas, ya sea de apaches o de San Juan Diego, ya que si bien puede haber una relación con estas fiestas, lo cierto es que debería conservarse el estilo de los trajes que nuestros antepasados usaban.
En fin, lo más importante es que no solo se mantenga en nuestro municipio la tradición de estas danzas y la variedad de las mismas, sino que crezca y que cada año sean más sayulenses los que participen en alguno de estos grupos o que formen más. Después de todo, aunado a la religión y a la devoción que motiva entrar a una danza, también puede verse como una sana práctica deportiva porque se requiere de bastante condición física para aguantar una jornada de prácticamente más de 24 horas continuas. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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