domingo, 12 de junio de 2016

LA POLITICA DESDE GAYOLA

Por Rodrigo Sànchez Sosa

¿Por qué escribir en Sayula es una actividad difícil? ya no digamos que sea mal remunerada o en absoluto retribuida en el caso del periodismo. Mucho tiene que ver que en Sayula se lee poco, la gente es poco exigente y sus expectativas de un buen trabajo periodístico se reducen a los estándares conocidos de los diarios estatales, con sus políticas editoriales de sobra conocidas y asimiladas tanto, que son tomadas como verdades últimas. Hace poco comenzó a llegar el periódico la Jornada de la ciudad de México a Sayula, un diario cuyas políticas editoriales distan de Milenio, el Occidental, el Informador y Ocho Columnas que se publican en Jalisco; las ventas eran tan raquíticas que se dejó de vender en muy poco tiempo. Independientemente de esto, la oferta local se sujeta a la limitante del lector poco exigente, haciendo muy poco por trasformar esta realidad, en los más de los casos, incluso, reforzándola. El amarillismo, la falta de preparación y perfil; los intereses de grupo infiltrados en proyectos de información y comunicación impresa, abonan al fenómeno. Bueno, ahora la paginas de "información" local, desde portales hasta espacios en redes sociales de Internet, llevan esto a lo grotesco con páginas como "Las Noticias del Anima" y otras de triste memoria regenteadas por el nefasto personaje local conocido como el "Guttman", desde el extranjero; quien lo mismo organiza marchas contra "cañones anti granizo", insulta y difama a quien se le antoja impunemente, y claro, faltarías más, hace "Análisis político" ¡Qué bárbaro! ¿Con qué aval moral, académico o de trabajo? Y así hay otras páginas en la red que no vale la pena mencionar, total, que en redes sociales todo se vale y nada es necesario fundamentar ni aclarar. Lo triste es que la calidad de los medios impresos locales que requeriría un poco más de formalidad que el internet, están a la misma altura. La solución: no leer lo que no tiene calidad, no me interesa y no me forma una opinión pública sería y fundamentada. Pero pasa como con los narcos corridos, están mal, hacen apología del crimen, del asesinato y de la violencia, pero a quien los escucha no le importa, y los consume, lo que hace de ellos un negocio muy redituable, y sirven en el círculo vicioso de la impunidad y la ignorancia, que aquejan éste país, para lavar dinero. No lo mismo, pero si algo parecido, sucede con el periodismo malo, amarillista y tendencioso: sirve a los más oscuros intereses de lo que se escandaliza, voluntaria o involuntariamente.
Si pudiésemos resumir, tendríamos que decir que todo nos lleva a la misma carencia: la gente no lee, ni los periodistas locales, ni sus lectores. No es raro en un país donde el Presidente de la República es  analfabeta, pero si lo sería en un país que ya se hartó de tanta injusticia, impunidad, violencia y corrupción.
Un amigo me comentaba, al respecto, que no lee mis columnas porque son muy extensas. Habrá que decir que las columnas no son extensas, no estamos acostumbrados a leer o no podemos seguir un discurso con interés cuando nos habla de cosas que desconocemos o en un lenguaje que nos es difícil descifrar. Sino puedo leer una columna de tres cuartillas ¿Podré leer una novela, un ensayo, un tratado o siquiera un libro de cuentos como el Llano en Llamas de Rulfo que por mucho rebasa las 3 cuartillas? la respuesta es sencilla, no.  Claro como dice Sabater a su hijo en su libro "Ética para Amador": hay cosas que podemos pasar por alto sin que en ello nos vaya la vida, puedo vivir una vida larga sin leer un libro, sin enterarme de nada más que lo inmediato para sobrevivir, pero habrá que preguntarse si eso vale la pena; palabras más palabras menos. Leer lo estrictamente necesario, no es leer, digo, no en el sentido de lo que la lectura ha significado al hombre como valor, como elemento de trasformación personal, social, política y hasta económica ¿
"Viendo la situación actual, leyendo los periódicos, leyendo las declaraciones de los políticos, dan la impresión de no saber que esos problemas que están tratando ya sea han discutido profundamente, ampliamente, desde hace siglos. Entonces, ¿cómo les enriquecería a los que se dedican a eso o casualmente acabaron en eso (la política o el periodismo), cómo les enriquecería conocer a determinados autores (leer)? O sea, no se puede hablar de sociedad y problemas sociales sin conocer de Rousseau, o incluso antes, sin conocer a Hobbes…no decimos que deseamos que al leerlos digan: -¡Ah! voy a tomar nota para decir que sea así el municipio- No, eso no tiene sentido, es para despertar y para saber cómo poner en marcha el cerebro para resolver esos problemas. Es como cuando vamos por la autopista a la ciudad de México y nos asomamos a la ventana para saber por dónde vamos. "Salida a…". Ya vamos por aquí y luego salida a no sé a dónde. Pues estos autores son lugares, referencias que nos indican por dónde vamos" (Fernando C Vevia Romero).
El hábito de la lectura no es algo que se adquiere de la noche a la mañana, es algo que se trabaja desde la niñez, es entendible que si se nos impuso el hábito, nos resulte difícil disfrutarlo. Maestros y padres de familia creen que, aún hoy, no generalizo; se debe obligar a leer, y no es así, ningún placer es obligatorio, se hace porque se disfruta y leer es un placer, como todo hábito se termina disfrutando una vez que la imitación nos acerca a él, si los padres leen, los hijos tarde o temprano lo harán. Socialmente, si una comunidad no difunde la lectura como un hábito placentero, no es raro que a nadie se le antoje leer, ¿se ha fijado que en Sayula sólo existe una biblioteca pública semi abandonada y que no hay librerías? algo raro para una comunidad con tres secundarias, dos preparatorias, varias primarias y un centro universitario a 25 minutos; sin contar el número de profesionistas que aquí radican. Claro que Internet podría compensar esto, que los libros en PDF se pueden descargar con facilidad con un poco de suerte; pero a menos que el leer libros electrónicos sea un placer privado casi onanista, en lo personal no observo personas en sitios públicos leyendo un libro de este tipo en su computadora aquí en Sayula.
Como dice el maestro Vevia Romero, sino sabemos que, a los problemas que como sociedad y personas nos enfrentamos, ya han sido discutidos amplia y profundamente desde hace siglos, estamos perdidos, improvisando en su resolución. No está en un capitulo de "Pedro Páramo", la solución a un problema personal que enfrentó, pero posiblemente me ayude a orientarme, a saber por dónde voy; lo mismo, leer a Rousseau no solucionará un problema que como municipio enfrentamos hoy, pero nos ayudará saber que el problema se ha analizado profundamente y con un poco de trabajo intelectual, ¿por qué no? podremos plantear nuestra propia solución al mismo problema social.
Vamos a decirlo así, conocer los rudimentos técnicos de la lectura no nos hace leer, nos permite entrar en ese mundo, lo demás requiere de un esfuerzo que implica un hábito: Cuando yo me siento y leo un artículo, una nota, una columna de opinión de un periódico y me hace sentir fascinado por la forma de expresar, de abordar el tema, del autor; y además, estimula mi imaginación y creatividad, tanto que me lleve a generarme una opinión de la que no me pueda avergonzar por su pertinencia u objetividad, podré notar el daño que hace el chisme, la calumnia, el morbo y la sin razón en los medios escritos. Para eso, debo tener lecturas previas, porque no es magia tampoco:
"Desde que fue consiente de su precaria existencia, la más grande obsesión del hombre ha sido darle sentido a la vida. Sin embargo, ha tenido que enfrentarse  una y otra vez al hecho de que la vida carece de sentido: existe, solamente, una búsqueda del sentido. Ante esta imposibilidad, el hombre ha creado diferentes herramientas con el afán de explicar el absurdo milagro de su existencia. De todas estas, la más extraordinaria y de la que más se ha servido el hombre ha sido la escritura.  Se escribe (y se lee) para saber lo que se es." (Julio L. Téllez.)


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