domingo, 12 de junio de 2016

              VIVA LA LIBERTAD DE EXPRESION

Por Arturo Fernàndez Ramìrez

Oficializado por el entonces Presidente de la República Miguel Alemán Valdés, en 1951 se estableció el 07 de Junio como el Día de la Libertad de Expresión y aunque en el período presidencial de Vicente Fox pretendió cambiarse la celebración al 03 de mayo como el día de la libertad de imprenta, la realidad es que los periodistas siguen reconociendo el 07 de junio como su día.
En el Capítulo I denominado "De los Derechos Humanos y sus Garantías" del Título Primero de nuestra Constitución Federal, se contiene el artículo 6 que en lo que a este Tema de Interés concierne, nos dice "Artículo 6o. La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley..."
Como podemos ver, la libre manifestación de ideas se encuentra elevada no solo a rango constitucional sino a un derecho fundamental del ser humano, por lo que no se trata de un derecho secundario, sino de una prerrogativa que ante todo debe ser respetada y garantizada por el Estado.
Y aunque este derecho está plasmado en nuestra Carta Magna desde 1917, la realidad es que en la práctica únicamente en los últimos años ha tenido una evolución importante a través de diversas reformas constitucionales que se han impulsado y en las que se ha pretendido garantizar el ejercicio de la libre expresión de ideas, porque una cosa es la teoría y otra muy distinta la realidad.
Es decir, no basta con que se reconozca un derecho en un cuerpo normativo, ni siquiera en la máxima ley de un país como sin duda lo es la Constitución, ya que lo verdaderamente importante es que se garantice su cumplimiento, de lo contrario, estaremos como suele suceder, frente a una letra muerta, esto es, que no tiene eficacia ni utilidad real, tal y como pasa como muchos de los derechos que están plasmados en nuestra Carta Magna.
Y en el caso de la libertad de expresión, aun cuando está instituido desde 1917 y con todo y la evolución jurídica que ha tenido en los últimos años, creo que hace falta mucho por hacer para que en realidad se respete en una máxima expresión, porque no obstante que la tecnología, sobre todo el internet, ha permitido avances importantes en la libre expresión de ideas, por un lado el Estado sigue ejerciendo un monopolio a través de los principales medios masivos (léase televisoras) y por otro lado, no deja de representar un riesgo emitir opiniones cuando estas resultan ser incómodas a un sistema político o a personajes pudientes.
Dicho en otras palabras, el Estado al monopolizar el principal medio de información (la televisión) coarta la libre expresión de ideas porque no hay manera de contradecir ni exponer algo diferente ante los efectos de una información sesgada, distorsionada y oficialista, tal y como suele ser el estilo de muchos noticieros que saben que tienen las mejores audiencias.
Y por otro lado, sigue siendo un riesgo expresar ideas sobre ciertos temas polémicos, como por ejemplo cuando se destapan actos de corrupción, cuando se pone al descubierto la cloaca de un sistema, cuando se desenmascara a personajes poderosos, entre muchos otros.
Entonces, si por un lado se mantiene firme un monopolio en los principales medios de información que impiden que la ciudadanía conozca opiniones diferentes para que adquiera un mejor criterio de las cosas; y por otro lado, sigue latente el riesgo de expresar nuestras ideas en relación a muchos Temas de Interés, es indudable que todavía falta mucho por hacer para que la libertad de expresión sea un derecho respetado de manera amplia e irrestricta. En conclusión, la lucha debe seguir. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com


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