sábado, 27 de agosto de 2016

Especial para Horizontes...
Estudio arqueológico de arquitectura prehispánica de La Playa y Santa Inés
Reportaje de Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa 

Lo siguiente es una trascripción del estudio arqueológico de los investigadores: FRANCISCO VALDEZ, JAVIER REVELES CABRAL y  DAVID E. VAZQUEZ SALGUERO; sobre la región de lo que es el vaso lacustre de la cuenca de Sayula, hecho recientemente.

"Los vestigios arquitectónicos prehispánicos de la región de Sayula se presentan en cuatro modalidades claramente diferenciables: 1) doméstica, 2) funcional, 3) funeraria y 4) monumental, siendo esta última la menos representada en el conjunto de sitios detectados. La arquitectura doméstica comporta dos tipos de evidencias superficiales: restos de basamentos o pequeñas plataformas, construidas por acumulación de la tierra circundante y vestigios de las estructuras propiamente dichas. Las evidencias más comunes que han sobrevivido son cimientos constituidos por piedras alineadas o porciones de muros compuestos por unas cuantas hileras de piedra. En el primer caso, la expresi6n mas usual es la terraza aplanada, con formas angulares o elípticas y dimensiones relativamente modestas (entre 1Ox 10m 0 20x 15 m). Sobre estas terrazas, a menudo se encuentran alineaciones que marcan la cimentación de una antigua casa o un muro de contención. Las estructuras habitacionales presentan, por lo general, tres tipos de forma: cuadrada, rectangular y circular. En las rectilineas, las dimensiones varían entre cuatro y veinticinco metros, y el diámetro de las circulares entre tres y seis metros. En repetidos casos, en el interior del recinto se encuentra un pequeño  receptáculo, delimitado por piedras o lajas, que puede haber servido como fog6n.
Entre las formas funcionales, la variedad mas frecuente es quizá la terraza de carácter agrícola, que aparece a menudo en los flancos inclinados de ambas sierras. Su funci6n primordial fue cortar las pendientes y nivelar el terreno, conteniendo la humedad y evitando la erosi6n de los suelos. Por lo general, no muestran hiladas continuas de piedra en su base, sino una serie de segmentos entrecortados que siguen las curvas de nivel y refuerzan las partes más vulnerables.
Una forma particular de arquitectura funcional son las calzadas, levantadas sobre el lecho lacustre, para permitir la circulaei6n en la época de lluvias en que el espejo de agua sube hasta un metro. La calzada mas grande tiene más de siete kil6metros de largo y en determinados sectores se eleva a casi un metro sobre el lecho del lago. Se han constatado por 10 menos dos ejemplos claros de vías elevadas, ambos comparten los mismos rasgos constructivos. La técnica fue sencilla pero muy eficaz: para afirmar el terreno se asentaron piedras de diversos tamaños, luego se añadieron varias capas de tierra, mezclada con materiales diversos, coma bloques de tepetate, piedras y hasta fragmentos cerámicos. En la actualidad, el nivel medio de la calzada sobrepasa los 80 cm y se mantiene firme a pesar de la masa de agua que la rodea. No es fácil asignar una fecha exacta a su construcción, pero es sugerente el hecho de que los caminos que mejor se conservan se proyectan entre los principales yacimientos de antigua extracci6n salinera: Cerritos Colorados, Carmelita, La Mota y La Motita. Estos sitios tuvieron su mayor ocupaci6n durante la fase Sayula (600-1100 d.C.), cuando la extracci6n y el comercio de sal prehispánico estuvieron en pleno auge.
Los vestigios arquitect6nicos prehispánicos de la regi6n de Sayula se presentan en cuatro modalidades claramente diferenciables: 1) doméstica, 2) funcional, 3) funeraria y 4) monumental, siendo esta última la menos representada en el conjunto de sitios detectados.
La arquitectura doméstica comporta dos tipos de evidencias superficiales: restos de basamentos y  pequeñas plataformas, construidas por acumulaci6n de la tierra circundante y vestigios de las estructuras propiamente dichas. Las evidencias mas comunes que han sobrevivido son cimientos constituidos por piedras alineadas 0 porciones de muros compuestos por unas cuantas hileras de piedra. En el primer caso, la expresi6n mas usual es la terraza aplanada, con formas angulares o elípticas y dimensiones relativamente modestas (entre 1Ox 10m 0 20x 15 m). Sobre estas terrazas, a menudo se encuentran alineaciones que marcan la cimentaci6n de una antigua casa 0 un mura de contenci6n. Las estructuras habitacionales presentan, por lo general, tres tipos de forma: cuadrada, rectangular y circular. En las rectilíneas, las dimensiones varían entre cuatro y veinticinco metros, y el diámetro de las circulares entre tres y seis metros. En repetidos casos, en el interior del recinto se encuentra un pequeño receptáculo, delimitado por piedras 0 lajas, que puede haber servido como fog6n.
Entre las formas funcionales, la variedad mas frecuente es quizá la terraza de carácter agrícola, que aparece a menudo en los flancos inclinados de ambas sierras. Su funci6n primordial fue cortar las pendientes y nivelar el terreno, conteniendo la humedad y evitando la erosi6n de los suelos.
Por lo general, no muestran hiladas continuas de piedra en su base, sino una serie de segmentos entrecortados que siguen las curvas de nivel y refuerzan las partes más vulnerables.
Una forma particular de arquitectura funcional son las calzadas, levantadas sobre el lecho lacustre, para permitir la circulaei6n en la época de lluvias en que el espejo de agua sube hasta un metro. La calzada mas grande tiene más de siete kil6metros de largo y en determinados sectores se eleva a casi un metro sobre el lecho del lago. Se han constatado por lo menos dos ejemplos claros de vías elevadas, ambos comparten los mismos rasgos constructivos. La técnica fue sencilla pero muy eficaz: para afirmar el terreno se asentaron piedras de diversos tamaños, luego se añadieron varias capas de tierra, mezclada con materiales diversos, coma bloques de tepetate, piedras y hasta fragmentos cerámicos. En la actualidad, el nivel medio de la calzada sobrepasa los 80 cm y se mantiene firme a pesar de la masa de agua que la rodea. No es fácil asignar una fecha exacta a su construcei6n, pero es sugerente el hecho de que los caminos que mejor se conservan se proyectan entre los principales yacimientos de antigua extracci6n salinera: Cerritos Colorados, Carmelita, La Mota y La Motita. Estos sitios tuvieron su mayor ocupaci6n durante la fase Sayula (600-1100 d.C.), cuando la extracci6n y el comercio de sal prehispánico estuvieron en pleno auge. Sin embargo, siendo la producci6n de sal casi imposible durante la época de aguas, no se puede asegurar que las calzadas estuvieron vinculadas de manera directa a esta actividad.
Es probable que sirvieran simplemente para facilitar la comunicación entre los pobladores de las distintas márgenes del lago, casi imposible durante la época de aguas.
En el occidente de México se puede hablar de igual modo de una verdadera arquitectura
Funeraria. Las tumbas de tiro son un fen6meno cultural que caracteriza parcialmente los periodos Preclásico y Clásico. Estas estructuras fueron excavadas, 0 si se prefiere talladas, en la matriz geol6gica (jal 0 tepetate), para dar a los difuntos un espacio de transici6n hacia el inframundo.
En la superficie hay, a menudo, edificaciones o espacios ceremoniales asociados. Durante mucho tiempo se pensó que este era el único tipo de arquitectura formal en las etapas tempranas (Weigand 1989, 1990); sin embargo, los trabajos de reconocimiento regional realizados por investigadores como Weigand, Schôndube y Mountjoy han demostrado lo contrario subrayando la amplitud de formas arquitect6nicas presentes desde épocas remotas.
La particularidad de este tipo de estructura funeraria es la noci6n de un acceso só1ido,
Construido en el subsuelo, para llegar hasta al repositorio de los cadáveres. El tiro, o acceso, puede ser vertical o  semi inclinado, teniendo incluso escalones. Por lo general, los tiros se rellenaron con materiales só1idos de fácil remoción, coma piedras 0 grava, que permitían el acceso y la reutilizaci6n de la cámara funeraria. Ésta tuvo usualmente una forma ovalada con dimensiones que varían según la importancia de los individuos enterrados. Por la evidencia encontrada en los últimos años, parecería que en muchos casos estas tumbas servían de criptas donde se enterraban los miembros de una misma familia o de un mismo linaje
En la cuenca de Sayula se han detectado varios tipos de estructuras de la tradici6n de tumbas de tiro (figura 2), pero el que más llama la atenci6n, por no haber sido reportado con anterioridad, es la variedad recientemente descubierta en las inmediaciones de Amacueca. En esta localidad, la consistencia floja e irregular del subsuelo oblig6 a los constructores a desarrollar una genuina arquitectura subterránea. Se trata de recintos con paredes de cantería, amarrada con una mezcla de lodo y fragmentos cerámicos, que sostienen un techo en falsa bóveda, construido hábilmente con lajas de diversos tamaños entretejidas y balanceadas sobre el peso de las paredes. Las dimensiones varían entre 2.5 y 3.5 m de diámetro, la altura del espacio interior fluctúa entre 1 y 1.5 m, y la cámara reposa entre 1.6 y 2.70 m de profundidad. Las fechas asociadas a uno de estos sitios las sitúan alrededor de los dos siglos anteriores a la era cristiana (Schôndube et al. 1996: 59). La arquitectura monumental no es el rasgo predominante en la cuenca, sus ejemplos son Contados y se encuentran algo esparcidos alrededor del vasa lacustre. Los sitios, con estructuras arquitect6nicas no domésticas, son por 10 general lugares con funciones particulares; por sus características se les puede asociar a centros cívicos, o  quizás a espacios ceremoniales. Las formas presentes son las plataformas, los montículos, las plazas delimitadas por construcciones periféricas. A pesar de que se han reportado patios hundidos en la zona de Techaluta (Weigand, comunicaci6n personal), atm no se ha podido confirmar en el lugar esta modalidad tan característica de la zona noreste y centro de Jalisco (Weigand 1990 y 1993b).
La forma arquitect6nica mas representada es la plataforma. Aparece hacia el fin del Preclásico y perdura hasta la conquista; sin embargo, las plataformas se hacen particularmente populares durante la fase Sayula (600-1100 d.C.), en que se elevan y se utilizan para marcar y delimitar espacios cívicos. Los casos más notables son los sitios Cerritos Colorados, ubicado en el norte de la cuenca,   La Picota, al centro y Sta. Inés, al sur…
Santa Inés (CSl), en las afueras del poblado actual de Sayula, constituye el centro cívico Ceremonial más importante del sur de la cuenca. Ubicado estratégicamente en el pie monte de la sierra de Tapalpa, es el paso obligado hacia los territorios del sur y sureste del actual Jalisco y Colima. Construido durante la fase Sayula, se compone de cinco montículos que delimitan una plaza. El gradiente natural del terreno desciende desde el extremo abierto de la explanada, acentuando la importancia de las construcciones."

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