lunes, 12 de junio de 2017

Especial para Horizontes...
La Relación perdida de Los Pueblos de Àvalos del Siglo XVI
Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 


La relación de los Pueblos de Ávalos, es un documento oficial del imperio español, de finales del siglo XVI, donde se da cuenta de la historia, la conquista y fundación del Sayula español. Tal documento como menciona Federico Munguía Cárdenas en su monografía La Provincia de Ávalos, está extraviado, por lo que se desconoce la información exacta que este contenga; pero se supone que allí, se podría encontrar una relación de hechos sobre el origen de nuestro municipio, incluso desde antes de la llegada de los españoles. Si este documento fuese encontrado sería de un valor incalculable para Sayula. Munguía Cárdenas, en entrevista personal con quien esto escribe, aseguraba que de la relación hay mención en documentos antiguos que confirman su existencia. Un catálogo de Antonio de León Pinelo de 1780, menciona la Relación de Los Pueblos de Ávalos como parte de un lote de documentos del Archivo General de Indias de Sevilla. Lamentablemente, no se encontró tal escrito, hasta la fecha se desconoce su ubicación. Pero ¿qué era este documento y cómo se extravió? Y más importante ¿dónde podría estar? Munguía Cárdenas manifestaba que, amigos suyos, le hicieron el favor de buscar sin éxito la relación citada en Sevilla, Madrid, Salamanca, Paris, Londres y Texas. Quedando por buscar en otras universidades del Reino Unido, Alemania y la biblioteca pública de Nueva York. Una relación era un cuestionario ordenado por el rey Felipe II con motivos administrativos.
"El cuestionario se formó para mejorar el conocimiento de la geografía de los pueblos de las Indias y así poder administrarlos con mayor eficacia. Sus primeros antecedentes se encuentran a partir de 1493, en las cartas de los reyes Católicos a Colón solicitando información sobre las tierras descubiertas. En el cuarto viaje (1502), Colón recibió instrucciones para preparar el informe de su recorrido. Desde entonces, los exploradores tenían que entregar descripciones geográficas de las tierras descubiertas para resolver problemas de repartimiento de indios, perpetuidad de encomiendas, etc. En 1508 y 1512 se reguló la descripción de las Indias al crearse el cargo de piloto mayor de la Casa de Contratación para formar el padrón real de Indias con las noticias obtenidas del Nuevo mundo. Con el paso de los años, las relaciones fueron respondiendo a necesidades más amplias1. Así, en 1533, por real Cedula, se pidió al conquistador Pedro de Alvarado que hiciese la descripción de Guatemala, a la que acompañarían unas "pinturas". Este es el término que se usa en la documentación: son pequeños o grandes mapas manuscritos, con información más o menos amplia que ilustran las descripciones histórico-geográficas. A partir de entonces se sistematizan estas descripciones y se establecen las bases de las futuras relaciones geográficas para el conocimiento y buen gobierno de las tierras (en América).
Juan de Ovando, nombrado visitador general del Consejo de Indias en 1568, del que sería su presidente (1570-1774), formó el primer cuestionario (1569)  para enviar a los oficiales de las jurisdicciones de Indias. Constaba de 37 preguntas sobre descubrimientos, navegación, descripción de provincias, localización de pueblos, etc... Los cuestionarios de Ovando son consecuencia de la reorganización del Consejo de Indias a partir de las ordenanzas aprobadas por real Cédula de 24 de septiembre de 1571. En ellas se define el oficio de cronista mayor y cosmógrafo real. Al primero se le encomendó la formación de un archivo para guardar los documentos sobre las Indias. Al segundo le correspondió escribir una Geografía general de las Indias, basándose en las relaciones particulares que le enviaban desde las provincias. Ambos cargos, el de cronista mayor y cosmógrafo real recayeron en la persona de juan López de Velasco, quien colaboró con ovando en la redacción de los cuestionarios, organizó el escaso material reunido en esos años y redactó la mencionada Geografía bajo el título Geografía y Descripción general de las Indias (1571-1575).
En el año de 1573 se culminó el proyecto de transformación de la administración de las Indias bajo la dirección de Ovando y López de Velasco con la publicación de las Nuevas Ordenanzas de Descubrimiento, Población y Pacificación de las Indias, firmadas por Felipe II el 13 de julio en el Bosque de Balsaín (Segovia). Sus 148 artículos se organizan en tres apartados: nuevos descubrimientos, nuevas poblaciones y pacificaciones. Las de población  muestran "la nueva mentalidad urbanística, plenamente enmarcada en la cultura clásica y renacentista", a través de los tratados de Vitrubio y Alberti. En estas ordenanzas se señalan los lugares adecuados para poblar y la forma y proporción que habían de tener las ciudades de españoles; algunas de estos puntos también se aplicaban a los pueblos de indios. Se establece una jerarquía de espacios: cívicos, comerciales, religiosos y hospitalarios. Los tipos de vías de circulación, plazas con calles de acceso, etc. En las ordenanzas de Felipe II se produce un cambio con respecto al imperio de Carlos V. Así, al término conquista le sustituye el de pacificación. Se rechaza la guerra como forma de penetración y dominio. Se pide la paz y la caridad con los indios y se busca su conversión.
El cuestionario de Indias de 1577, que sucede al de España de 1575, sería la base del corpus de las relaciones geográficas de Indias más importante de los conservados y es consecuencia del proyecto para el reino de ultramar contenido en las ordenanzas ovandinas. Consta de 50 preguntas y fue concebido para todo el imperio español. Este cuestionario tuvo las mejores respuestas de todos los que circularon ese siglo, por el procedimiento que se siguió en su distribución, que fue el mismo que se aplicó para la formación de las relaciones Topográficas de Castilla (1575). Así, a diferencia de las precedentes que se formaron en el Consejo de Indias, se ordenó que las relaciones geográficas se elaborasen en los pueblos y provincias adonde llegase el documento. En la instrucción se explicaba cómo se había de responder a las preguntas y cómo se tenían que hacer las "pinturas" o mapas de la región o de los pueblos. Bajo el nombre de Instrucción y Memoria, fue impreso el 25 de mayo de 1577 y enviado por real Cédula, con la misma fecha, a los virreyes de México y Perú, quienes se encargaron de hacerlo circular por las provincias y los pueblos.
El cuestionario respondía al interés de Felipe II por conocer sus dominios y someterlos al orden legal de España. Su contenido revela además un especial interés económico, en la medida en que se pide información sobre recursos naturales y humanos. Las preguntas 5, 14 y 15 se centran en la forma de vida, las costumbres y creencias y la organización socio-política en época prehispánica. otras tratan de la conquista de las regiones (12, 9, 13-15) y de las lenguas indígenas (5 y 13). En las 37 primeras preguntas se condensan los asuntos más importantes: la situación y las características geográficas de la región; la localización del pueblo y su distancia con los pueblos próximos; la posibilidad de aprovechamiento de ríos, productos vegetales, silvestres y de cultivo, animales, minas, canteras, salinas, tipos de construcciones, sitios fortificados, iglesias y conventos de los pueblos. Las preguntas 38 a 49 tratan de información sobre las poblaciones de la costa: mareas, bahías, islas, cabos, arrecifes, desembarcaderos y otras noticias para el tránsito marítimo.
El cosmógrafo Andrés García de Céspedes, instruido en la organización de archivos, ordenó las listas de los manuscritos del siglo XVI, pero no leyó todos. En algunos, que examinó, figura su visto bueno: "Visto, Céspedes" o solo su apellido "Céspedes"20. Así lo hemos comprobado en los manuscritos de la real Academia de la Historia (fig. 2). El cronista mayor Antonio de Herrera y Tordesillas (1549-1625) sí que las consultó para escribir su obra.
Las relaciones geográficas elaboradas con el cuestionario de 1577 fueron las más ricas y eficaces fuentes de información de los territorios hispanos de las Indias. Están escritas por los corregidores, alcaldes mayores y curas párrocos. Algunas de Nueva España fueron redactadas por caciques e indígenas principales, y aquí se encuentran algunas diferencias en estilo y narración porque se extienden más en la historia antes de la llegada de los españoles.
La mayoría de las relaciones geográficas y las pinturas que les acompañaban llegaron a España para uso de la administración en el Consejo de Indias, cuya sede se encontraba en el Alcázar de madrid. En 1718 se trasladaron al castillo de Simancas, sede del Archivo general del reino. Los documentos se colocaron en la Sala de Indias. Entre los siglos XVI y XVIII fueron usados, en sus respectivas sedes, por los cosmógrafos y cronistas de Indias: juan López de Velasco, Andrés García Céspedes, Antonio de Herrera y Tordesillas, León Pinelo y juan Bautista muñoz. Éste último cronista, en su visita a Simancas en 1783, preparó una Lista de los papeles geográficos y algunos otros, que había dejado separados, pidiendo a Carlos III que se los enviasen a madrid para escribir la Historia general de América, que le había encomendado. Allí figuran casi todas las relaciones geográficas de Indias. En 1785, Carlos III fundó el Archivo general de Indias para reunir los documentos de las Indias, depositados en Simancas, Cádiz y Sevilla.   En esta empresa y en la redacción de la Historia del Nuevo Mundo (1793) continuó trabajando muñoz hasta su fallecimiento en 1799. En su testamento, muñoz legó sus manuscritos al rey. Los académicos Joaquín Traggia y Manuel Abella prepararon el índice de la colección de manuscritos de la Historia de Indias que estaban en la biblioteca de muñoz (12-VIII-1799). A la muerte de muñoz, la colección se había trasladado a la Secretaría de Gracia y justicia de Indias. En 1807, Carlos IV mandó que pasara a la real Biblioteca. En 1812, Felipe Bauzá la retiró para evitar que se la llevaran los franceses. En 1815, la real Academia, que disfrutaba del título de cronista mayor de Indias desde 1755, pidió al monarca que la colección de muñoz "pasara a la Casa de la Academia para su uso". Fernando VII accedió a esta petición. Los 107 volúmenes manuscritos se entregaron el 10 de febrero de 1816. Las relaciones geográficas de Indias no se encontraban en esta colección en el momento de su ingreso en la Academia51. Por eso tampoco figuran en el catálogo de la colección muñoz de la real Academia de la Historia. En efecto, las 46 respuestas y los 21 mapas que les acompañan fueron entregados a la real Academia de la Historia por José Arias y miranda el 8 de marzo de 1863. Así consta en un doble folio del legajo de las relaciones geográficas de Nueva España, junto al título: "Papeles de descripciones y poblaciones de las Indias. Dentro de él se conserva otra hoja manuscrita muy deteriorada, en letra y papel del siglo XVIII, con el siguiente rótulo: "Papeles de Descripciones y Poblaciones de las Indias. Para el uso de Don Juan Bauptista Muñoz.
El dato confirma, en efecto, que muñoz tuvo en su poder esa documentación que le había prestado el monarca para preparar la Historia del Nuevo Mundo. En la mencionada lista de papeles geográficos, que muñoz dejó separados en Simancas, figuran todas las relaciones geográficas de Indias (las que hoy custodian el Archivo general de Indias, la Universidad de Glasgow, la Benson Latin American Collection y la real Academia de la Historia). Sin embargo, en la relación de manuscritos que se entregaron al monarca a la muerte de muñoz ya no aparece esa larga lista de manuscritos originales. Otra parte de la colección muñoz quedó en poder de su familia, quien la vendió a Antonio Uguina. Luego la adquirió el bibliófilo Henri Ternaux Compans y en 1845, la compró Obadiah Rich, cónsul de los Estados Unidos en Valencia. En 1848  se la vendió a James Lenox y más tarde pasó a la Biblioteca Pública de Nueva York."  (Manso Porto, Carmen. Los Mapas de las relaciones Geográficas de Indias de la Real Academia de Historia. Revista de Estudios Colombinos nº 8. Madrid España. junio de 2012.)

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