Los micronegocios motor de la economía
Por Arturo Fernández Ramírez
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de los comercios, el 94.9% son micronegocios, el 4.9% son pequeños y medianos, y únicamente el 0.2% son grandes. El 37.2% del personal ocupado labora en dichos micronegocios y el 30.7% en pequeñas y medianas empresas (Pymes). Lo que significa que contrario a lo que muchos pudieran pensar, los negocios más pequeños son los que sostienen nuestra economía. Lamentablemente, son los que más han resentido la crisis sanitaria que inició en 2020, ya que, de acuerdo con información estadística, cerraron cerca de un millón de establecimientos, de los 4.9 millones que tenían registro. De ahí la importancia de apoyarlos consumiendo sus productos.
Las grandes empresas suelen pedir al gobierno beneficios fiscales o de diversa índole, argumentando ser el sostén de la economía por el gran número de empleos que generan. Las cifras oficiales antes expuestas demuestran lo contrario, ya que solo representan el 0.2% del total de los negocios de nuestro país, contra el 94.9% de los micronegocios. Bastante la discrepancia como el trato que reciben unos y otros. A los grandes empresarios se les hace reverencia, a los pequeños comerciantes les ponen muchas trabas y se les ve con indiferencia.
Ciertamente los capitales de que disponen los grandes y pequeños comerciantes, dan como resultado que los primeros inviertan en asesores profesionales. De tal manera que son capaces de desplegar una efectiva mercadotecnia que les permite captar a un mayor número de clientes. Lo que a su vez hace que logren una pronta recuperación de su inversión para reinvertirla y en poco tiempo construir una sólida estructura nacional o internacional. Creándose así los actuales monopolios, que aunque la Constitución Federal los prohíbe, los vemos hasta en las comunidades rurales o de poca población. Es tal su solidez monetaria que enfrentan sin mucha dificultad cualquier crisis.
En cambio, los micronegocios nacen con poco capital, mucho esfuerzo y sacrificio de sus dueños. Quienes tienen que desempeñar diferentes funciones ante la imposibilidad de contratar personal profesional o especializado. El crecimiento de su negocio es lento sin estar preparados para crisis extraordinarias, como la sanitaria que vivimos desde el año 2020. En la que, como ya lo expresamos, ha dado como resultado que cerca de un millón de establecimientos hayan cerrado hasta el momento.
Por ello, insistimos en la importancia de apoyar el comercio local, a los micronegocios, dando preferencia a sus productos. Que dicho sea de paso, suelen ser de mejor calidad que los que ofertan muchas de las tiendas grandes. Evitemos caer en las trampas de la mercadotecnia que manipula nuestra voluntad y nos hace decidir en base a las apariencias de sus artículos. En fin, impulsemos nuestra economía comprándole a quienes son el motor de la misma.
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