lunes, 2 de mayo de 2022

 Política y cultura, la deuda pendiente de Sayula con Rulfo.

Por Rodrigo Sánchez Sosa

A menos de un mes de celebrar el natalicio del más ilustre de los sayulenses del siglo pasado (nos guste o no), Don Juan Nepomuceno Carlo Pérez Vizcaíno, más conocido como Juan Rulfo, la afrenta al escritor universal, luego de  celebrar el centenario de su natalicio, es sin duda El Páramo. La edificación en su honor luego de una seria de trabas entre Secretaria de cultura del Estado, culminó su primera etapa, solo para ser abaldonada y luego criminalmente demolida. Hoy a tres años del fatídico hecho, nada ha cambiando: impunidad, indiferencia, y en su lugar un predio que hace honor, paradójicamente, a su nombre, Páramo polvoso, triste y que remonta a los pasajes desolados que describe Rulfo en su obra, pero en pleno siglo XXI y en el corazón de una ciudad viva y vibrante, Sayula, Jalisco. 


Sayula tiene una deuda con Rulfo y los visitantes al Festival Rulfiano de las Artes 2022, festival anual en Sayula durante la fecha de su natalicio, 16 de mayo, que ha comenzado a tomar auge incluso nacional, con ecos internacionales; nos recordaran nuestro compromiso con Rulfo ¿Cuándo se hará justicia para quien puso a Sayula en el mapa internacional?

Esto se escribió en la prensa tapatía luego de la demolición del Páramo en 2019, para los que no saben que el hecho repercutió fuerte fuera de Sayula:

"Puede ser el caso más escandaloso de barbarie urbana y arquitectónica en  Jalisco desde 1980, cuando la Universidad de Guadalajara perpetró el indeleble crimen de tumbar la Escuela de Música de Tolsa y Vallarta. Puede ser. Lo que seguramente es el caso de la demolición del Centro Cultural El Páramo, frente a la parroquia y la plaza de Sayula, es algo extremadamente obsceno: la prepotencia, la ignorancia, la majadería y la corrupción, todo junto.

La historia es más o menos así: para festejar los 100 años de Juan Rulfo se dispuso por parte del Gobierno del Estado, junto con la Secretaría de Cultura federal y los municipios involucrados, realizar una celebración física a través de la erección de una cierta arquitectura dedicada a conmemorar la vida y la obra del  poeta de Sayula. Por lo menos San Gabriel y Sayula se sumaron. Nada se puede llamar "Juan Rulfo" gracias a las abominables costumbres de la Fundación Rulfo. Pero en fin. Por lo menos los sayulenses discurrieron un buen nombre alterno.

El ayuntamiento pasado de Sayula hizo su chamba. Le otorgó el proyecto a Francisco Orozco, fácilmente el más talentoso arquitecto del pueblo. Después, junto con Myriam Vachez, entonces Secretaria de Cultura, le otorgaron su apoyo incondicional a un  proyecto  de avanzada, a pesar del de repente hecho bolas arquitecto y de cierta oposición con bases  en chismes de lavadero.

Total, el proyecto comenzó a construirse. Tuvo todos los permisos necesarios. El sitio consistía en la Escuela de Párvulos del pueblo, finca cargada de significaciones para los sayulenses y de la autoría  del gran, gran Rafael Urzúa. Se dejaba  la escuela, levemente intervenida, se hizo un subterráneo como el corazón  de misterio rulfiano. Y un gran jardín, con fuentes, plazas y escaleras. Todo a lo largo de la fachada que da a la plaza del pueblo se dispuso una pérgola formando un portal que reinterpreta los célebres portales de Sayula.

Todo iba muy bien hasta que llegó el cambio de administración municipal. Según parece,  enemiga jurada de El Páramo. Y así, hace unos días, en la madrugada, todo fue arrasado. Pérgola, subterráneo, escuela, jardines. Es que no lo podemos tolerar. Es que sería más que tiempo que la bienalera Academia de Arquitectura dijera esta boca es mía. O las escuelas de arquitectura, principalmente el Iteso y la UdeG."  Arquitecto Juan palomar, el informador, 12 de octubre de 2019.


"De forma alevosa, aprovechando la oscuridad de la noche y sin permisos de ningún tipo, el presidente municipal de Sayula, Daniel Carrión Calvario, mandó destruir el edificio del Jardín de Niños Celso Vizcaíno, obra atribuida al arquitecto Rafael Urzúa, considerado Inmueble de Valor Artístico Relevante y que fue parte de la fisonomía de Sayula durante casi 80 años.

El pasado 3 de octubre se preparó el escenario con premeditación: se pusieron luminarias, se dispusieron las retroexcavadoras del programa A Toda Máquina y, a la orden aviesa del primer edil, los brazos mecánicos empezaron a echar abajo muros y canteras del kínder, cuyos escombros sepultaron también el Centro Cultural El Páramo, proyecto del arquitecto Francisco Orozco (Sayula, 1988), quien había intervenido el inmueble para darle nuevo sentido en ocasión del centenario del natalicio de Juan Rulfo.

El Páramo iba a ser un referente inicial de la Ruta Rulfiana y hubiera sido un hito conceptual sobre la obra del escritor nacido en Sayula en 1917. Quien visitara esa ciudad y quisiera entrar al mundo rulfiano de un modo sensorial hubiera podido hacerlo a través de un pasaje angosto que lo haría descender con luz cada vez más tenue a un subterráneo, recreando la sensación del descenso a una sepultura, al mundo de los muertos. Al terminar el descenso, el visitante estaría en un recinto oscuro y vacío, propiciando la introspección. Fuera de allí, en la parte superior, estarían los espacios para actividades varias, la biblioteca y demás servicios de un recinto cultural. La obra concebida por Orozco era subterránea, privilegiaba una experiencia sensorial y no alteraba la fisonomía de primer cuadro. Hoy, El Páramo, en su primera fase de construcción, yace bajo los escombros.

Los rumores apuntan a que Carrión Calvario demolió a petición de personas de actitud caciquil que desean restituir el antiguo jardín con la peregrina idea de recuperar la fisonomía del siglo 19. Para complacer este capricho tan particular el presidente violó todas las leyes en la materia. Así las cosas, el presidente municipal más joven de México, que llegó a la alcaldía sin partido, ya no podrá autonombrarse independiente, pues deja claro para quién gobierna; y lo más grave, evidencia su propensión a la destrucción, antes que al diálogo." Felipe Ponce, El Diario NTR, 7 de octubre de 2019.  Con esto nos hemos visto muy mal como municipio. 



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