viernes, 14 de mayo de 2010

Algunas consideraciones sobre el sur de Jalisco.

Maya Piedra Galindo

Rumbo al sur de Jalisco se encuentran importantes municipios para el estado, ya sea por su producción agroindustrial como es el caso de Sayula o San Gabriel; otros de gran atractivo turístico en el caso de Tapalpa, reconocido por la secreataria de turismo como un "Pueblo Magico" y algunos más por su importante producción artesanal tal es el caso de Zacoalco de Torres y Gomes Farías.
Sin embargo dichas cualidades resguarda para sus habitantes múltiples consecuencias que trae consigo el modelo de desarrollo insertos en la lógica del sistema capitalista, el cual termina por convertirlo todo en mercancía. A continuación hablaremos sobre el municipio de Tapalpa y explicare algunas de las circunstancias que se han venido desencadenando.
La sierra del municipio de tapalpa ocila entre los 2000 y 2800 metros sobre el nivel del mar, cuenta con una gran riqueza natural en bosques, mantos acuíferos tanto superficiales como subterráneos y tierras de cultivo; fue gran productor agrícola, ganadero y artesanal. Sinembargo hace aproximadamente 40 años, comenzó a recibir en su seno, una importante afluencia de forásteros provenientes principalmente de la ciudad de Guadalajara, quienes buscando un espacio tranquilo para vivir y reproducirse, encontraron en la belleza del lugar un escondite perfecto, alejado de la contaminación y el caos citadino. 
Con el tiempo la fama del poblado comenzó a crecer y con ello abundaron los turistas, en su mayoría gente con cierto poder adquisitivo, quienes al contemplar la diversidad de recursos naturales que guardaba el lugar, no tardaron en visualizar las potencialidades de capitalización que obtendrían si lograban apropiárselos. Así que rápidamente se fueron haciendo de las tierras, las cuales fueron compradas a los ejidatarios, quienes con ingenuidad se las cedieron por unas cuantas monedas.
Y con materiales de la región tales como el adobe y la madera iniciaron construyendo lujosas casa de campo y posteriormente: fraccionamientos privados, hoteles, country club, campos de golf y demás espacios de recreo, dirigidos para la gente de fuera. La cabecera municipal por su parte no sufrió mejor suerte, los mismos fuereños se apropiáron de las viviendas y los espacios comerciales situados al centro del pueblo e instalaron: restaurants, tiendas de artesanías y bares entre otros. 
Así los tapalpeños empezaron a ser desplazados en su propia casa. Al tiempo se fue evidenciando el otro lado de la moneda, pues quienes vendieron sus tierras, no tardaron en gastarce el poco dinero que recibieron y en cambio lo que perdieron no fue menor: un territorio que les daba para comer mientras lo sembraran, de donde obtenían agua limpia en la que pescaban y a su vez utilizaban para cubrir otras necesidades, en el que podían levantar sus casas y criar a sus hijos y heredar para que sus descendientes siguieran teniendo espacio para las nuevas familias, de ahí mismos obtenían materiales con los cuales hacían sus propios muebles y los enceres que les fueran necesarios como vajillas, así como la producción de artesanías o dulces típicos; en algunos casos tenían lugar hasta para echar sus gallinas y el ganado a pastar, del cual consumían productos lácteos y carnes. Lo mismo sucedió en la cabecera municipal las viviendas que fueron suyas algunas por mas de cien años las vendieron; la plaza tradicionalmente un espacio colectivo, donde comercializaban sus productos ha dejado de serlo; los negocios de los cuales antes eran dueños, ahora son empleados. 
En cambio lo que ahora observamos es que tanto el acaparamiento de tierras como de casas en el propio pueblo, ha generado gran escases de espacios habitables para la gente de Tapalpa, por lo que han tenido que trasladarse a vivir en las periferias del pueblo o en algunos casos son reubicados en unidades habitacionales de interés social, que no cuentan con los servicios mínimos para ser ocupadas y en donde los indicies de precariedad van en aumento, tanto por las condiciones de hacinamiento como por la falta de servicios básicos y salubridad. Por otro lado el encarecimiento de la canasta básica viene a la alta, puesto que los precios se determinan en relación al poder adquisitivo del turista y no de la gente local, volviendo día a día mas complicado hacerse de satisfactores tan elementales como: alimentos, vestido y medicamentos.
Ahora los tapalpeños antes dueños y soberanos de sus tierras, trabajan en el sector servicio como empleados domesticos, veladores, albañiles, mucamas, vendedores, jardineros y más… Y por si lo mencionado fuera poco, también los turitas se apropiaron de las festividades del pueblo: el 15 de septiembre y la fiesta de semana santa son motivo de gran afluencia de gente de fuera, quienes ocupan las calles, se emborrachan, tiran basura y con groserías e irreverencia se dirigen a la gente del pueblo. Solo por mencionar algunas de las consecuencias reales de este supuesto desarrollo, al que a nivel global los grandes capitales están apostando, pero aun hay más…

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