miércoles, 14 de octubre de 2015

Especial para Horizontes...
Rescate del patrimonio colonial arquitectónico de Sayula
Reportaje de Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa

“¿Qué hacer con una preexistencia?
En el número 27 del portal Galeana, en el centro histórico de Sayula Jalisco México; se encuentra una finca que data del siglo XVI, una preexistencia en aras de convertirse en una Casa Habitación que se sucede a partir de pensar el qué hacer con una preexistencia como medio para recuperar y ensamblar historia a partir de la adaptación de ésta con la planeación de un "nuevo" edificio para la vida contemporánea. Un denotar, un activar, un renovar, un revestir para crear nuevas lecturas que incorporen actividad en un inmueble que forma parte del patrimonio urbano edificado y que hoy yace en completo deterioro.   Por medio de la lectura profunda, que se vacía en la puesta en marcha de valores y ética hacia las preexistencias, el presente proyecto parte de una mínima intervención, de una configuración espacial para reconfigurar el espacio original, ese que ha ido teniendo cambios a lo largo de los años y donde lo único original es su paramento.  La intervención incluye la recuperación de un patio interior central como extensión de lo público que organiza la vivienda portadora de repletos significados actuales en la composición de una lectura de la obra en sí, un diagnóstico que exhibe y disecciona al edificio donde lo protagónico son muros-columnas y arcos. El carácter estereotómico de la obra.  Con el juego de espacio libre-cubierto y el respeto por muros-columnas y arcos, el área se instrumentaliza, funciona, produce aroma del pasado y dialoga con el conjunto en  planta baja, mientras que dado el programa arquitectónico en base a las necesidades del usuario, se proyecta sobre la preexistencia un segundo nivel, mismo que cuidando lo visual del entorno desde la Plaza de Armas, éste segundo cuerpo se inserta en el edificio como una fachada ciega. Como extensión del mismo, para no competir  o alterar la composición del Centro Histórico en el que se halla. Fachada que no compite con el entorno a base de de gestos y artificios decorativos, que al contrario, se aísla del conjunto y se muestra a la vez como una radiografía para ver los sedimentos en su interior, para ver capas de historia en síntesis con materiales nobles como el acero, madera y cristal, en una constante actuación poética repleta de significados complicados para obtener coherencia partiendo de una ruina con un millón de fragmentos, con un sin número de relatos." FO_
Lo anterior sirve como presentación del proyecto de rescate de una de las fincas más viejas del Centro Histórico de Sayula, ante el INAH. El Joven Arquitecto sayulense Francisco Orozco, que intervine la citada finca del siglo XVI, con el aval total de la institución federal que se encarga de la conservación del patrimonio histórico del país, nos facilitó éste documento, y nos permitió el acceso a la obra en construcción, concediéndonos una entrevista exclusiva, donde nos habla de su proyecto, su visión del Centro Histórico de Sayula y opinión con respecto la patrimonio arquitectónico del municipio: Nuestra entrevista comienza con un tour por la casa ubicada en el portal galeana número 27, al costado derecho de La Casa de La Cultura Juan Rulfo. La finca propiedad privada, particular para el que trabaja el arquitecto, nos muestra en obra negra pero perfectamente delineada ya la idea: una intervención y rescata de esta joya colonial. Entramos por una amplia puerta que da al portal galena, para darnos cuenta que a pesar de la fachada la entrada original era un arco, nos dice el Arquitecto que la cantera que lo formaba fue removida cuando la casa se convirtió en gasolinera y terminal de autobuses en un momento del siglo pasado. Entramos a un vestíbulo con un impactante juego de sombras, los amplios muros en los marcos de las puertas y ventanas, trasportan a uno a otro tiempo, la casa se descubre poco a poco, y la sorpresa lo ilumina todo al cruzar el umbral de luz de la puerta que da a la siguiente sección de la casa dónde lo primero que impacta la vista mágicamente es el muro del siglo XVI de piedra que el arquitecto nos informa se denomina "Paramento", con espesor de 80 centímetros. Piedras unidas con calidra, técnica europea de construcción de la época, que inmediatamente lo atrapa a uno en la atmosfera del año 1500, con sus arcos de cantera en un corredor bellamente iluminado por la luz natural, al fondo una ventana y puerta con marco de cantera, una bellísimo arco de cantera de medio punto e impostas, exquisitamente labradas. La composición del espacio, crea la ilusión de amplitud, pero sobre todo, uno se siente aislado, trasportado al siglo XVI aún con la casa en obra negra. Imponente, avasalladora, la construcción, respetada en su diseño original, tranquiliza el espíritu en su contemplación, el muro de piedra da mucha paz observarlo. Nos dice el joven arquitecto Orozco, que en un principio creyó que la casa fue alguna vez parte de la finca donde hoy se encuentra la Casa de la Cultura, pero no se encontraron vestigios de comunicación en el muro, por lo que él cree que eran fincas independientes. Nos muestra un calabazo al fondo del corredor por donde corre la arquería, lo que le da el toque de misterio a la finca, sitio que pretende habilitarse como cava de vinos por los propietarios. Una escalera que se construye respetando el estilo del lugar nos lleva, con el mismo juego de descubrir entre luz y sobra la casa, a la planta alta, donde se construye en un diseño contemporáneo que armoniza con la planta baja, en un juego de líneas rectas y ejes, entre un verdadero poema de luz, espacio y claro oscuros; las habitaciones  poseen marcos bellísimos del centro histórico desde su puertas y ventanas, la totalidad no desentona con el contexto, y desde la terraza oculta, se contempla en su majestuosidad el primer plano de la Plaza de Armas. Esta segunda plata no desmerece, ni compite con la arquitectura del siglo XVI de la planta baja y fachada, armoniza con ellas en un canto de cantera, líneas rectas, ángulos y juegos de luz y sombras; austera, sombría y en momentos solemne, la segunda planta, está increíblemente bien lograda. Lográndose, la intervención, el rescate y la adhesión de una construcción contemporánea sin afectar o insultar la estética de la finca original ni del entorno. Un trabajo impecable el del Joven Arquitecto sayulense.
Luego de mostrarnos su trabajo, nos habla de su visión, de su opinión con respecto a nuestro bello pero deteriorado centro histórico. Comienza por confirmarnos, Francisco Orozco, el trazo urbanista totalmente europeo del Sayula Colonial. De acuerdo a las formas urbanistas romanas, los ejes de la ciudad eran trazados conforme el Cardus una línea o calle principal que corría de norte a sur (nosotros lanzamos la hipótesis que tal fue la hoy calle 5 de mayo) y el Decumanus línea o calle que corría de este a oeste (que nosotros pensamos se trató de la hoy calle Manuel Ávila Camacho), el cruce de sus ejes trazaba la cuadricula  urbana, con su ágora o plaza central, en cuyo caso Francisco Orozco cree, en el siglo XVI fue una plaza enorme que incluía la actual Plaza de Armas, el espacio donde hoy se encuentra el parían y todo lo que fue la plaza de comercio. La norma romana del Cardus y el Decumanus   exigía éste espacio para las ciudades europeas de ese siglo. Preguntamos a Francisco su opinión sobre el actual estado del centro histórico, la cual coincide con la nuestra de total deterioro y proclividad a la perdida de este patrimonio por la ignorancia. Nos dice Francisco Orozco que, para él, el centro histórico de vería ser un museo, un área de conservación de la arquitectura, que no debería ponderarse el comercio a niveles bizarros como hoy, donde la multitud de negocios han invadido los espacios públicos impidiendo el goce y la contemplación, que deberían ser el placer de propios y extraños al caminar por el centro histórico. Nos hace notar, el Arquitecto, cómo tal actividad está deteriorando los portales, sus capitales, de donde se cuelgan los comerciantes para exhibir sus mercancías. Reacciona indignado ante a la falta de respeto por los estilos y las formas en todo el centro pero en especial,  en el parían, donde el piso original y las puertas y ventanas de madera  han sido substituidos, en un mal gusto insultante con total impunidad y complicidad de los gobiernos locales. El reglamento del centro histórico ha sido total e impunemente rebasado, como en el caso de la pintura de las fachadas, la publicidad que cuelga de portales y capiteles, y la intervención en fincas sin permisos del INAH, IMBA o CONACULTA, organismos responsables, opina Francisco, como en la casa frente al cine "Mario Moreno" una casa del siglo XIX actualmente intervenida sin autorización del IMBA. En nuestra peripatética conversación con el Joven Arquitecto sayulense, por el centro histórico, me muestra un atentado mayúsculo a la integridad de una casa del siglo XVI, que fue propiedad de Alonso de Ávalos, finca que se encuentra en las esquinas de Porfirio Díaz e independencia, conocida como la casa antigua, que luce hoy en su muro poniente por la calle Porfirio Díaz, unas horripilantes cortinas metálicas en portones abiertos a un muro del siglo XVI, sin permiso del INAH; la misma casa está, lo constatamos, siendo intervenida substituyendo parte de sus muero por muros de ladrillo. Pero más sorpréndete para mi fue saber que el actual titular de obras públicas, Alonso Serratos Vallejo, que también trabajó en esta misma dependencia la administración municipal pasada, es el arquitecto encargado de la intervención ilegal de dicha finca, digo ilegal, porque me asegura mi fuente no tiene permiso del INAH, y aunque lo tuviera ¿Qué falta de cultura lo llevó a intervenir esta finca de forma tan burda? Me comenta el Propio Francisco Orozco los problemas que tuvo con este mismo funcionario, que puso trabas para la autorización de la obra que construye y arriba comentamos, sin tener motivos racionales para ello, el proyecto fue autorizado por el INAH en días mientras Serratos Vallejo, por parte de obras públicas retrasó por meses su autorización.  En lo personal me pregunto ¿por qué este señor sigue al frente de obras públicas, qué clase de gobierno inculto e insensible lo permite? Continuando con la conversación con el Arquitecto Orozco, me muestra perspectivas visuales del centro histórico que no había yo reparado nunca en ellas, sutilizas del juego con el espacio, el volumen y la luz, de los arquitectos coloniales que diseñaron el primer cuadro de la ciudad, y también la abominaciones, las prepotentes y horribles intervenciones en algunos edificios y portales ¿Cómo ves el Futuro del Centro Histórico? Le pregunto a Francisco Orozco. Se queda meditando y luego no duda en responder, que esta belleza que aun se puede contemplar terminará por perderse debido a la ignorancia de autoridades y dueños de fincas en el Centro Histórico; que el potencial turístico que representa hoy se desperdicia pero en el futuro simplemente no va a existir más. Y tiene razón, mientras la impunidad campee, los reglamentos y leyes de protección al patrimonio cultural de una de las ciudades más bellas de México, Sayula, no podrán preservar esta herencia de incalculable valor del pasado. Mientras en otros países esto es prioridad, aquí a los depredadores se les sostiene en puestos públicos y se le da poder a su pobre criterio para seguir atentando contra este patrimonio. Lograr conceso para un rescate del patrimonio colonial arquitectónico, coincide el Arquitecto Orozco, es imposible, se debe actuar en tiempo y forma amparado en la ley, para tal rescate; muchos interese se oponen, pero el interés colectivo debe prevalecer, el potencial turístico y el detonante económico de un Centro Histórico rescatado en su original belleza, es un beneficio común para todos los habitantes de Sayula, una inversión a largo plazo y no un contento de grupos y elites incultas. Así terminamos con la conversación que nos permitió el Joven Arquitecto sayulense Francisco Orozco, que agradecemos; y nos deja un grato sabor de boca, el haber estado, a través de su obra y trabajo de rescate, por unos momentos, experimentando lo que era vivir en el Sayula del siglo XVI, la joya colonial de Occidente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario