**Cuando vimos actuar aquí a Irma Serrano, las
Hermanas Aguila, Emili Crantz, Los Belmonts
Continuando el recuerdo de carnavales de antaño, no podemos menos que comparar, a los que nos tocó vivirlos, con los actuales que se llevan a cabo. Desde luego que los hubo bastante austeros y por muchos años, cuando para la prole sólo había como diversión en cuanto a juegos mecánicos, subirse a la “Ola”, un añejo volantin de madera de forma circular que los operadores la mecían a mano limpia y que por muchos años todos de chiquillos nos subíamos así como a los infaltables “caballitos”. Tenía su encanto también la quiebra de cascarones multicolores con confeti, algunos hasta con perfume, que eran los más caros por cierto, que los galanes rompían amorosamente en las cabecillas de las muchachas que pretendían y viceversa, las jóvenes rompiendo los cascarones a los novios o pretendientes, todo esto dando vueltas y vueltas en el jardín. Y digo, todo esto divertimento para la prole, porque, para la clase pudiente estaba el casino Club de Leones, donde se realizaban los bailes y recibimientos, que, hay que reconocerlo, adquirieron fama por excelentes, tanto en su carnet musical como en bebidas y comida que disfrutaban los visitantes de todas partes, de Ciudad Guzmán venían muchas personas y hasta se deslumbraban de los recibimientos aquí organizados cuando en esos tiempos los zapotlenses no tenían ni un casino siquiera. Grandes orquestas venían a tocar aquí como la de Arturo Xavier González, la de Valle de Santiago, Guanajuato, entre otras. Se codiciaban entonces las reservaciones que “volaban” en cuanto se ponían a la venta, sobre todo, la del recibimiento Charro del Lunes de carnaval tanto así que la reservación del Lunes no la vendían sino en paquete. Entones había hasta el baile de coronación que se efectuaba el Sábado y otro más el Martes que al paso de los años los desaparecieron del programa de carnaval. El palenque de gallos era otro gran atractivo cuando por ello conocimos aquí a artistas entonces del momento y viejas glorias de la música como las Hermanas Aguila, la escultural Emili Crantz, Los Belmonts (de los gruperos rockeros sesenteros), estos últimos actuaron en el jardín principal al igual que el compositor y cantante Paco Michel en un carnaval que mucho se recuerda y que organizó Marcelino García Paniagua, entonces político de mucho peso y además dentro de la organización de las Chivas, trajo de platillo principal el Martes futbolero, nada menos que al Guadalajara que enfrentó al Atlas, o sea, en expresión tipo “pirrurris”, el clásico tapatío en Sayula, nomás. Todo esto en el carnaval de 1969. Resulta obligado aclarar y reflexionar que eran otros tiempos si, otras economías regían en el sustento de la fiesta carnavalera, pero en esencia, la intención es tratar de conservar algunas de las cualidades perdidas al paso de los años, como los recibimientos que entonces les daban una categoría hoy totalmente extinguida. Suerte que aparecieron las comparsas a mediados de los setenta, si no, las comparaciones pudieran resultar más abismales de los viejos carnavales que se hacían en Sayula. Continuarán los recuerdos la próxima semana..(Hugo Rodríguez Vázquez).
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