Por Arturo Fernàndez Ramìrez
Después de luchar durante muchos años por la Presidencia de la República, por fin, este sábado 01 de diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador, rendirá la protesta correspondiente como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Formado en las filas del otrora partido oficial, el PRI, a fines de la década de los 80's López Obrador se sumó al movimiento democrático encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, por lo que fue uno de los fundadores del PRD, del que llegó a ser su Presidente, después Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y 2 veces candidato a la Presidencia de la República.
Después de las elecciones de 2012 renunció al PRD y formó su partido MORENA, con el que logró alcanzar la anhelada Presidencia de la República.
Como ya lo hemos dicho, López Obrador será uno de los pocos presidentes que ha tenido México en llegar al poder con una amplia legitimidad que indudablemente le debe permitir llevar a cabo los proyectos que ha enarbolado desde hace muchos años.
Reconocido como un activista que ha sabido organizar desde su juventud grandes marchas y protestas en contra del gobierno, le tocará ahora demostrar que sí es posible un México diferente en el que la distribución de la riqueza sea más equitativa y la calidad de vida, sobre todo de los millones que viven en la pobreza extrema, sí puede mejorar.
Desde que ganó las elecciones el pasado 01 de julio, empezó a trabajar y al menos como ninguno de sus predecesores, ya ha puesto en marcha varios de sus proyectos, tan es así que en tono de broma se ha llegado a decir que este primero de diciembre en lugar de tomar protesta, rendirá ya su primer informe de gobierno.
Nuestra Constitución Federal establece la teoría de la división de poderes, a través de la cual se pretende equilibrar el poder. Sabemos que en nuestro país ha prevalecido el presidencialismo, por lo que quien ejerce la titularidad del Poder Ejecutivo, es quien en realidad detenta el mando por encima de los otros poderes.
En pocas ocasiones el Poder Legislativo se ha convertido en un contrapeso, particularmente cuando la mayoría recae en partidos diferentes al del Ejecutivo, donde al menos obligan a la "negociación" que resulta muchas veces peor que la mayoría de uno solo instituto político, porque entonces es cuando se utilizan los recursos públicos para comprar votos y voluntades.
López Obrador asume la Presidencia con un Poder Legislativo dominado en forma total por MORENA, como en los viejos tiempos del PRI, por lo que, se insiste, tiene todo a su favor para sentar las bases de un nuevo sistema político en nuestro país.
Inicia su mandato sin tener en realidad contrapesos políticos que le impidan impulsar con éxito su proyecto alternativo de nación, salvo los llamados poderes fácticos que definitivamente sí tienen mucha influencia en México, pero sin haber adquirido ningún compromiso con ellos y contando además con el respaldo popular, López Obrador puede gobernar por encima de cualquier coto de poder.
La sociedad está harta de los pésimos gobiernos que han encabezado, desde hace décadas, los Presidentes de la República, por lo que existe una alta expectativa de que con López Obrador sí habrá un cambio de fondo en la forma de gobernar y que México se transformará elevando su calidad de vida. Esperemos que así sea. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com https://semanariohorizontes.com
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