lunes, 23 de agosto de 2021

                 Persisten las extorsiones

Por Arturo Fernández Ramírez

El 10.1% de los hogares del país tuvieron al menos un integrante víctima de extorsión durante el primer semestre de 2021. Si aplicamos dicho porcentaje a Sayula, tendríamos alrededor de mil domicilios afectados que se traducen en miles de personas dañadas directa o indirectamente. Porque cuando se comete, se agravia no solo contra quien se dirigió, también a la familia. En los municipios de Jalisco donde se realizó el muestreo, la incidencia fue superior a la media nacional. En Tonalá el 17.2%, Tlajomulco el 14.5%, Zapopan y Puerto Vallarta el 12.8%, Guadalajara el 12.2% y Tlaquepaque el 10.4%. Nuestra entidad federativa sigue siendo un lugar inseguro que necesita trabajar más en este rubro.

     El modus operandi de los delincuentes es a través de la información que se obtiene de nuestra vida personal y familiar. Utilizando muy bien la tecnología para incomunicar y poder intimidar a quienes tienen en la mira. Es importante que conozcamos las diferentes modalidades en que podemos sufrir ese ilícito y a partir de ahí actuar de manera preventiva.

    Continuamos con el análisis de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU). Realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) durante el segundo trimestre de 2021 y publicada en julio de este mismo año. Considero relevante el estudio que se hizo en relación a la "Victimización en el hogar" donde se advierten los principales delitos que han sufrido los hogares de nuestro país. Destacando como los tres primeros el Robo o asalto en calle o transporte, Robo parcial de vehículo y la Extorsión. Tomé como referencia este último porque es quizás en el que como sociedad podemos trabajar más para evitarlo o disminuirlo.

    Desde el "familiar" en Estados Unidos, las "amenazas" de supuestos grupos delictivos, el reporte de "bancos" por uso de tarjetas, los "secuestros" virtuales y los depósitos para que nos entreguen "premios", en la mayoría de los casos, por no decir que en todos, tienen un factor común: utilizan información que paradójicamente obtienen de nosotros mismos o de nuestra familia. Hablan por teléfono y entre preguntas van sacando los datos que necesitan para cometer el delito en ese momento o después según lo valoran los delincuentes. Lo hacen con tanta habilidad que muchos casos los autores de estos ilícitos son reclusos que desde la cárcel logran que las víctimas les depositen dinero a donde ellos les indican.

    Por eso es importante mantener una buena comunicación con toda la familia y amigos cercanos. Negar toda información a cualquier desconocido, colgar de inmediato las llamadas que nos parezcan dudosas o extrañas. Verificar todo a través de fuentes oficiales y confiables, dejar de creer que alguien nos va a regalar dinero o un bien. Si nos aplicamos a estas mínimas medidas, tengamos la seguridad que los delincuentes van a topar con pared. Hagámoslo y veremos resultados positivos. Desde luego, las autoridades también tienen que hacer lo que les corresponde y garantizar nuestra seguridad. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com


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