Una guerra, muertes y narcotráfico
Por Angye Leyva Araujo
Hablar de narcotráfico, es hablar de lo que ahora nos tiene angustiados, consternados, alarmados y muy enojados. Pareciera que la lucha contra el narcotráfico se ha convertido en una lucha contra la ciudadanía, ¿A quién se le debe de tener mas miedo, al narco, a los policías, a los militares, o al presidente con su supuestamente muy efectiva lucha contra el narcotráfico?
No cabe duda que el miedo es imperante, la sangres hierve cuando uno mismo o uno de los nuestros se ve en peligro, es verdad que la violencia rebasa los limites, que no se duerme bien , que no se anda tranquilo por las calles, la inseguridad en cualquiera de sus formas se encuentra presente en cada paso.
La violencia que abraza, sacude y besa a este país, nos tiene envueltos en la futilidad de una guerra contra el narcotráfico, una guerra que cobra vidas, muchas vidas, desde el narco perseguido, cazado y asesinado, hasta el niño muerto por "error" en un tiroteo, ya sea entre narco- narco, narco - militar y hasta militar-policia, los enfrentamientos son muchos y con sus variantes.
La muerte de civiles, narcos, militares, policías, no se puede catalogar dentro de ningún esquema, todos son hijos, hermanos, padres, amantes y amados, todos son seres humanos independientemente de si desde nuestro punto de vista son buenos o malos. Nadie tiene el derecho de cobrar una vida, por ninguna razón, nadie debería de estar inmerso en una guerra.
Es verdad que el temor es inmenso, salir a las calles da miedo, sobre todo en esta ciudad de donde les escribo, Culiacán, los tiroteos son el pan nuestro de cada día, a dos cuadras de su casa se escuchan los balazos a cualquier hora del día, los militares son parte de la escena diaria en las calles, con sus largas armas, muy encapuchados y mirando con desden. Aun y con el miedo que vivimos, esta guerra absurda no tiene derecho a cobrar vidas, no tiene precio una vida, las declaraciones hechas por el Presidente de la Republica el pasado 16 de abril respecto a que son "penosas y dolorosas" las muertes de civiles, pero son las menos en esta lucha contra el crimen organizado."Más de 90 por ciento de estos homicidios y ejecuciones, según lo hemos venido catalogando, obedece precisamente a la lucha de unos cárteles contra otros, es decir, no son ni siquiera acciones. Ha habido muchos soldados y policías caídos dentro de su deber, pero este es un porcentaje que no llega, por ejemplo, al cinco por ciento de sus muertes", afirmó. Aclaró que "son mucho menos, todavía, aunque los ha habido, por desgracia, algunos civiles inocentes atrapados en el fuego cruzado entre los delincuentes. Realmente son los menos, aunque los casos son muy penosos". (http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2010/04/16/)
Son indignantes tales declaraciones y mas hechas por nuestro presidente, algunos nos preguntamos ¿Y si Calderón se viera directamente afectado, opinaría lo mismo? Que pena que no tenga la menor idea del dolor ajeno, como madre, no me imagino perder a mi hijo en una guerra que ni siquiera yo he declarado, una guerra que apenas comienza, me pongo a pensar ¿cuantas vidas de civiles debemos de pagar para acabar con el narcotráfico?
Como será la suma 3 civiles muertos igual a 1 narcotraficante, 2 militares igual a 1 narcotraficante o ¿cómo? Es lamentable ya que la vida de un ser humano no tiene un valor, incluso la de cualquier persona que cometa un delito, nada justifica ala muerte, nada justifica violentar nuestro contexto social de la manera en que lo esta haciendo el gobierno, no solo es la muerte física, también hay muerte emocional, la manera de minimizar las muertes de la Sociedad Civil es un insulto.
De la Dirección : Angye Leyva Araujo estudió la licenciatura en Filosofía y Ciencias Sociales en el ITESO, escribirá para Horizontes desde hoy. Y desde lugo que le damos la más cordial bienvenida a nuestras páginas.
Los números no mienten, aunque duela.
ResponderEliminarJalisco está muy pero muy lejos, al menos por el momento, de vivir lo que se vive a diario en Monterrey, por citar un ejemplo. Balaceras todos los días, ráfagas a todas horas. Hace unos días por ejemplo, sicarios en más de diez camionetas cerraron avenidas ¡en pleno centro! de Monterrey para levantar a algunas personas en hoteles lujosos, a plena luz del día. Así como llegaron se fueron.
¿El costo? Más debemos preocuparnos por el "costo de oportunidad" de no combatir el crimen. Con el destino de México y del Estado no se juega.
Aquí les dejo un video de Creel, Chihuahua. Ya es cosa de cada quién si la milicia debe estar enclaustrada o no:
http://isabelesjoshua.blogspot.com/2010/04/asi-amanece-creel-chihuahua.html