lunes, 28 de junio de 2010

El Día "D".
(Cuento, fragmento.) 
-"Mañana, alrededor de las 10 horas, se prevé el arribo del presidente de la republica a la cabecera municipal de Zapotitlán, procedente del estado de Colima, donde pernoctó en su gira de trabajo…"
El aparato de radio de la Toyota todo terreno, enmudecía entre las curvas de la carretera que trepaban serpenteantes la sierra rumbo al volcán.
-¿Qué es pernoctar?...
-Dormir güey, el cabrón se quedó a dormir en Colima 
La estática fue lo único que escucharon por dos o tres minutos al entrar en un área saturada de pinos. 
-Pon música...
-No sean pendejos. Pongan la banda civil, vamos a oír a los guachos, no nos vallamos a topar con un retén. A ver tu güey, ¿ya ubicaste las coordenadas?...
-simón, párate aquí para checar con el satélite...
Con luz suficiente llegaron hasta el sitio acordado, pusieron el tripíe, montaron el arma, instalaron la mira telescópica, cargaron la munición, y dejaron otra a la mano para ser usada. Desde unos árboles alrededor, tiraron sogas en las que armaron una red de camuflaje, de modo que la ubicación no fuera detectada por aire. Hicieron cálculos rectificando con un posicionador global, orientaron la mira del arma unos grados por arriba del cerro frente a ellos. Todo perfectamente sincronizado y cronometrado. Nadie habló, cada uno sabía lo que tenía que hacer. Tres quedaron de guardia y el resto bajó al campamento a un kilómetro de ahí en medio de una arbolada. Eran exactamente las ocho con cinco minutos de una noche fresca, serena. La primeria guardia terminaría a las doce, luego vendrían otras dos, sin novedad.
A la hora prevista, tres Helicópteros aparecieron en el horizonte, dos eran escoltas. El punto por el que pasarían frente a ellos estaba cubierto por el rango de fuego del arma, un lanza proyectiles tierra-aire israelí. La mañana en la sierra estaba totalmente despejada, el viento soplaba frío del sur. Algunos pájaros parloteaban en las ramas de un encino, y hasta un conejo sin demostrarles el menor miedo, masticaba frente a ellos un puñado de retoños frescos mientras los veía con curiosidad. A lo lejos el ruido de los tres helicópteros rebotaba entre los cerros. Nadie había llegado del campamento base. Se confirmaron sus temores, los disparos durante la noche fueron de un enfrentamiento. Su posición no había sido descubierta, pero seguro los deberían de andar buscando. Sólo faltaban minutos para que los tres aparatos estuvieran en posición. Nadie hablaba, nadie se movía. El dedo sobre el disparador del lanza proyectiles, goteaba un sudor frío. Todos estaban atentos a cualquier ruido que subiera hasta ellos desde la cañada o al grito del vigía, metros más abajo.
Los helicópteros estaban en posición, la mira apuntaba a uno en especial. La aeronave de en medio portaba el escudo nacional. Se accionó el disparador, pero nada, el arma no disparó. El artillero miró angustiado a su compañero; este volvió a accionar el gatillo, pero el arma no disparó. Los objetivos se salían de la mira. El artillero colocó lo más rápido que puedo otro proyectil y casi sin mirar su compañero accionó el gatillo, cayeron de espalda ante la detonación y medio aturdidos vieron frente a ellos estallar en llamas el helicóptero. No hubo celebración, salieron corriendo en desbandada, abandonando el arma y el camuflaje montado.
-Señor Gobernador, teléfono...
- Gracias Lupita… ¿Bueno?... ¿Quién?... ¡qué pasó mi presi!...bien, bien. Voy en un vuelo a la ciudad de México, nos citó el secretario de gobernación...si, por lo del accidente. Claro que no fue accidente, no se desplomó, lo desplomaron... si, el mismo día que mandé a mis muchachos a hacer el trabajito que me pediste. Los muy pendejos, los quemaron en la caseta de cobró...si, si hombre, yo también los vi en la tele. Pero no se preocupe, mi presi, ellos no sabían quién era ni por qué... No, no va a pasar nada, todo igual, la televisión se encarga...si, si una falla mecánica, eso pasa... ¿quién fue?, qué nos importa, nos hicieron un favor. En el reacomodo vamos a quedar bien parados...claro que si, yo me lo llevo a México en cuanto pueda... ¿Qué?... no me diga. ¿Y cómo cuanto tiene que desapareció?... ¿seguro que no es un secuestro?... miré, en este momento me comunico con el procurador del estado y él que hable con usted, no se preocupe, se ha de ver ido a Guadalajara sin avisar, así son los muchachos; en todo caso, si no te llama, mi presi, vuélveme a llamar y veremos. Vamos a estar de luto nacional varios días, pasando esto voy para allá y te digo como va estar la cosa... ¿guerrilla?, que guerrilla hombre, pendejos que no saben para quién trabajan, te digo que nos hicieron un favor...ta´bien mi presi, tu no te preocupes, vas a ver que Fernandito aparece... ta´ bueno, saludos a la comadre...si cómo no, yo te saludo a monseñor y al presidente del partido. Cuídate compadre.
Rodrigo Sánchez Sosa.

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