martes, 29 de junio de 2010

Sembrando conciencias
Por: Ángel Arturo Cisneros Paniagua
Recientemente se están formando algunos grupos de personas interesadas en aprender a cultivar sus propios alimentos en pequeños espacios dentro de las casas, azoteas y lotes baldíos. Esto viene a representar para nuestro municipio una muy buena noticia ya que en general se sigue concentrando más del 60% de la población de los países desarrollados y subdesarrollados en las zonas urbanas. Mientras que muchos de los antiguos ejidatarios y pequeños propietarios de tierras han terminado por ceder terrenos a los nuevos caciques latifundistas, un nuevo movimiento popular está naciendo en diversos pueblos del sur de Jalisco, entre ellos el nuestro. Se trata de pequeños consumidores, vecinos de nosotros que al estar decididos a dejar paulatinamente de consumir productos de dudosas procedencias que se venden en el Wal-Mart u otras cadenas comerciales. Se están poniendo manos a la siembra y comienzan por redescubrir el placer que antes era muy común, producir sus propios alimentos frescos y libres de contaminantes químicos cancerígenos. 
El introducir los huertos en los barrios de Sayula podría disminuir el costo ambiental relacionado con las actividades urbanas, por ejemplo: reduciría el costo por flete de alimentos y residuos, reduciría los residuos sólidos por empaques que ya no serían necesarios, se reducirían y reutilizarían los residuos sólidos orgánicos y diversificaría los espacios verdes urbanos. Normalmente pagamos más del 70% del precio al que compramos en los centros comerciales o más del 50% en los tianguis, que el que realmente se le paga al productor en la huerta o parcelas. Esto sin contar que a la llegada de empresas agrícolas fuertes y exportadoras a nuestro municipio y alrededores, a nosotros como pequeños consumidores locales solo nos mandan las "segundas" o "terceras" calidades, es decir lo que no cumple con los requisitos de los mercados extranjeros. 
  La agricultura urbana es importante porque constituye un verdadero potencial para la soberanía alimentaria dentro de las ciudades. Recordemos que los precios de las hortalizas en la región sur de Jalisco irán en aumento, debido a que muchos de los pocos productores que antes nos vendían las hortalizas a precios locales, ahora han vendido o rentado sus tierras a los "aguacateros" o a los "frambueseros". 
La agricultura urbana ofrece soluciones prácticas, accesibles y productivas para proveer alimentos sanos, conservar el agua, reutilizar los desechos orgánicos e inorgánicos y satisfacer la ventana de demanda que se abrirá con la entrada de monocultivos en la región.
Es importante resaltar que la agricultura urbana no solo tiene los beneficios ya mencionados, sino también se adicionan: salud, consumo responsable, saneamiento ecológico, desarrollo comunitario, participación ciudadana, planificación territorial, economía familiar y creación de empleos, entre otros. 
Las posibles ganancias incluyen: el mejoramiento de la dieta diaria, la prevención de enfermedades, el reciclaje de residuos orgánicos y la reutilización de residuos inorgánicos, el manejo integral de agua de lluvia, la captura de carbono, la disminución de costos asociados con el transporte de los productos alimenticios, el consumo responsable, el aumento de la autoestima y autosuficiencia familiar. A través de la instalación de huertos escolares, la agricultura urbana pudiera tener fines educativos, dietas que sustituyan la comida chatarra y también fines terapéuticos al reconectar a los educandos con los ciclos de la naturaleza. Puede involucrar a personas con capacidades diferentes, personas de la tercera edad, jóvenes en riesgo e impulsar la equidad de género. Fomenta la preservación de la biodiversidad y de los conocimientos agropecuarios que muchas personas aún tienen, así como la posibilidad de enverdecer, embellecer y diversificar nuestro entorno.
Pues así es estimado lector, ya partió el tren como se dice por ahí y tenemos muchas esperanzas en que los grupos de personas que quieran aprender a cultivar sus propios alimentos, se multipliquen y vayamos siendo cada vez más. Por el momento hago mi más sincero reconocimiento a los primeros dos grupos de huertos familiares que ya están aprendiendo y trabajando junto y con el apoyo del Ing. José Angel Cisneros Contreras del Vivero Cycas de esta localidad y también a todos los pequeños sembradores urbanos que también lo estén haciendo por su cuenta, los invito a que se den a conocer y hagamos grupos de intercambio de experiencias.

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