jueves, 1 de julio de 2010


Temas de Interés

Por Arturo Fernández Ramírez

Crece la inseguridad en todos los niveles

Indudablemente el asesinato de un candidato a Gobernador en el Estado de Tamaulipas refleja el alto grado de inseguridad pública que padece nuestro País.
 Pero también, y más grave aún, refleja el fracaso en las políticas públicas y estrategias que desde el nivel federal se han venido implementando en los últimos años.
 Se ha tomado como bandera el combate a la delincuencia para tratar de convencer a la ciudadanía de que se está gobernando bien, pero la realidad dice otra cosa muy diferente.
 El estado de descomposición ha llegado a límites inocultables y no puede seguirse soslayando esta situación. Resulta claro el fracaso que en materia de seguridad pública se ha tenido desde hace ya varios años.
 La delincuencia ha permeado a los cuerpos de seguridad pública y las reacciones del gobierno han sido más demagógicas que efectivas.
 Y es que siendo honestos, la inseguridad no se acabará por decreto, no se acabará reformando la Constitución.
 Es cierto que ha habido reformas importantes, como el dotar de mayores facultades a las policías municipales. Antes eran solo preventivas, ahora en cambio son investigadoras y persecutoras de los delitos.
 También la definición de la relación existente entre los policías y el gobierno en el sentido de que no se trata de una relación laboral sino administrativa, es otro punto que abona a la depuración de los cuerpos de seguridad pública.
 La exigencia de las pruebas de control de confianza de igual manera constituye un paso importante para la misma depuración de todos los cuerpos policiacos que han sido infiltrados por la delincuencia organizada.
 Sin embargo, todo lo anterior no es suficiente y tan no lo es que los hechos que a diario se viven así lo demuestran.
 Es necesario adoptar otro tipo de medidas, se le debe apostar más a la prevención y no desgastarse sin muchos resultados en la reacción.
 Para ello, considero que las estrategias deben ir encaminadas a atacar las causas y no solo los efectos. Debemos replantearnos cuáles son las verdaderas causas por las que se ha incrementado en forma alarmante la delincuencia y la inseguridad, ¿acaso será la pérdida de valores y principios?, ¿el desempleo?, ¿la corrupción?, ¿la ineptitud del gobierno?, ¿la impunidad?, ¿la deshonestidad de muchos gobernantes?, ¿la falta de políticas públicas en desarrollo social?, ¿la parca visión de quienes gobiernan?, ¿las severas crisis económicas a las que nos tienen sometidos los malos gobernantes?, ¿el bajo grado de educación y cultura?, ¿la desintegración familiar?, ¿la "educación" que se recibe a través de la televisión y sus programas de nulo valor educativo y cultural?.
 Creo que si nos ponemos a analizar en esas y otras razones más que originan la delincuencia, podemos encontrar mejores soluciones. No podemos seguir enfocando nuestras fuerzas solo en la violencia reactiva como parece ser se ha venido haciendo hasta el momento. Sugerencias y comentarios al correo electrónico arturferam@hotmail.com


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