viernes, 16 de diciembre de 2011


Amenaza a luchadores sociales
Enrique Ibarra Pedroza

En la sesión del pasado jueves en la Cámara de los Diputados, denuncie el asesinato de líder comunero y luchador social Trinidad de la Cruz Crisóforo, integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, con cuatro impactos de bala y huellas de tortura en la región de Santa María Ostula, Michoacán.
El miércoles pasado se reportó que dos compañeros , Eva Alarcón y Marcial Bautista, fueron secuestrados en la sierra de Petatlán, Guerrero, región de lucha social que nos recuerda la vergonzosa actuación del gobierno en la tortura de los campesinos ecologistas, Teodoro Cabrera y Rodolfo Montiel, que consta en una Sentencia de la CorteInteramericana.
El asesinado Trinidad De la Cruz Crisóforo, de 73 años, era defensor de tierras comunales que el pueblo recuperó de manos de invasores vinculados con actividades ilícitas. El pasado martes fue secuestrado al salir de la comunidad de Xayakalan. Los agentes de la Policía Federal que acompañaban la caravana no estaban al momento de los hechos, pues la habían abandonado argumentando que se internaban en una zona peligrosa.
A la primera oportunidad que tuvieron se comunicaría con las autoridades estatales para solicitar ayuda, pero éstas tardaron tres horas en llegar.
Trinidad De la Cruz, encargado del orden en la comunidad indígena Xayakalan, fundada por comuneros de Santa María Ostula, ya había sido golpeado el 14 de noviembre pasado por individuos armados, paramilitares, que asuelan la región y que de acuerdo a las organizaciones son encabezados por Prisciliano Corona, Margarita Pérez e Iturbide Alejo.
A raíz de la agresión, el activista abandonó la región para reponerse de las lesiones, pero el martes pasado regreso a la comunidad como integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que encabeza Javier Sicilia. Cabe destacar que la comunidad de Santa María Ostula cuenta con medidas precautorias por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la desaparición de otros tres comuneros en el 2010.
Es necesario esclarecer las responsabilidades de las distintas fuerzas de seguridad y militares, así como del propio Felipe Calderón, en la violación flagrante de las decisiones de este órgano multinacional, lo que permitió este acto de barbarie y hace al Estado cómplice de la intimidación contra el movimiento social.
El asesinato de trinidad de la Cruz es solo un botón demuestra del estado de barbarie y de irracionalidad que impera en nuestro País. Los luchadores sociales ya no solo son criminalizados por el gobierno calderonista. Ahora lamentablemente son impunemente asesinados

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