jueves, 19 de septiembre de 2013

ANESTESIA  Emocional

Por el psicólogo Arturo Fregoso Flores

¡Acérquese! Aquí andamos otra vez en este espacio que es alimento para el ánimo del escritor.

Hoy con el favor de su atención les traigo algo sobre el tema "AGORAFOBIA".

La agorafobia es un trastorno de ansiedad que consiste en el miedo a los lugares donde no se puede recibir ayuda, por temor a sufrir una crisis de pánico. Un ataque de pánico o crisis de ansiedad consiste en un cuadro clínico caracterizado por el aumento de la frecuencia y presión sanguínea, la respiración agitada, sudor, sensación de ahogo, mareo, temblores y despersonalización.
La agorafobia es miedo al miedo. Los agorafóbicos temen las situaciones que puedan generarles sensaciones de ansiedad, miedo a la propia activación fisiológica y a los pensamientos sobre las consecuencias de experimentarlas, como la idea de morir. La agorafobia está estrechamente relacionada con el trastorno de pánico, y no es raro que ambos trastornos sean comórbidos. Entre los miedos que experimenta el agorafóbico están el miedo a vivir una crisis, a desmayarse, a sufrir un infarto, a perder el control, a hacer el ridículo, etc.
El trastorno se genera por alguna experiencia negativa por parte de la persona, quien al evitar las situaciones parecidas está desarrollando un mecanismo de aprendizaje que hace permanecer el problema. Entre los factores de riesgo se pueden incluir episodios relacionados con intensos niveles de pánico o experimentar eventos estresantes, incluido el abuso sexual o físico durante la infancia. El tratamiento cognitivo-conductual de la agorafobia es el más exitoso entre los utilizados y se basa en someter al paciente a una exposición gradual a las situaciones que típicamente le provocan la ansiedad.
El agorafóbico tiende a evitar situaciones potencialmente ansiógenas, como lo pueden ser salir de casa, usar transportes públicos, ir de compras, comer en restaurantes, entrar al cine, hacer deporte, viajar, estar en lugares públicos o áreas amplias, etc. Estas situaciones pueden representar un grave problema en la vida del agorafóbico, pudiendo llevar a la persona afectada a casi no salir de su casa con el fin de tratar de evitar la gran cantidad de ansiedad causada por el pánico. Este trastorno tiene un mayor porcentaje de pacientes mujeres que hombres. Entre un 1% y un 5% de la población española ha desarrollado un episodio psicológico relacionado con la agorafobia durante su vida.
El mejor tratamiento es la terapia de exposición, un tipo de terapia del comportamiento. Con la ayuda de un terapeuta, la persona busca, confronta y permanece en contacto con lo que causa sus temores hasta que su ansiedad es poco a poco aliviada por la familiaridad que adquiere con la situación. La terapia de exposición ayuda a más del 90 por ciento de las personas que la practica adecuadamente. Si la agorafobia no se trata, generalmente fluctúa en intensidad y puede incluso desaparecer sin un tratamiento formal, posiblemente porque la persona ha llevado a cabo algún tipo personal de terapia de comportamiento. Al igual que el trastorno por pánico, la ansiedad en algunas personas que padecen agorafobia puede tener sus raíces en conflictos psicológicos subyacentes. En estos casos, la psicoterapia puede ser útil.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, no permitas que la vida te pase sin que la vivas...
Agradezco el favor de tu atención y sigo recibiendo sus opiniones en mi correo electrónico  arturo_fregoso@hotmail.com.
Recuerden algo… Si la única herramienta que tienen es un martillo, piensen que cada problema que surge es un clavo. ¡Atrévanse a soñar!, confíen en ustedes y ¡hagan que las cosas sucedan!

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