Por Arturo Fernández Ramírez
Como cada año, el pasado 08 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, fecha que simboliza la lucha que desde hace relativamente poco tiempo se viene librando por poner fin a la desigualdad de género que a su vez provoca la violencia en contra de las mujeres.
Durante muchos siglos la cultura del ser humano ha hecho que exista una gran desigualdad entre el hombre y la mujer, al grado de tratar en forma discriminatoria y hasta humillante a la mujer, considerándola inferior al hombre.
Obviamente tal forma de pensar es reprobable y retrógrada, por eso todos debemos luchar porque acabe en forma definitiva.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su parte dogmática que el varón y la mujer son iguales ante la ley, lo que supone que ni uno ni otro son superiores ni mucho menos inferiores, simplemente son complemento de la especie humana.
Pero, a pesar de que mucho se habla de la igualdad de género, como un tema de "moda", debemos reconocer que falta mucho camino por recorrer.
Es cierto que ha habido avances, ya que en los diferentes ámbitos, sea político, laboral o educativo, la presencia de la mujer es significativa, casi alcanza el 50%.
Sin embargo, la violencia en contra de las mujeres es algo que sigue reflejando que falta mucho camino por recorrer, puesto que el sexo femenino sigue siendo objeto de daños por parte del hombre.
Y al hablar de daño no únicamente nos estamos refiriendo a los golpes físicos, sino también a los morales o psicológicos que muchas veces suelen dejar más secuelas que los primeros.
Por eso es importante entender que el Día Internacional de la Mujer no es hacer menos al hombre, como muchos lo llegan a expresar reclamando entonces que también debe haber un día del hombre.
Se insiste, si existe un día especial para la mujer, no es porque se haga menos al hombre, sino porque se busca romper con esa desigualdad que durante siglos ha existido, luego entonces, ante una disparidad, es inconcuso que debe haber una inclinación a favor de quien está debajo de la balanza hasta que logre llegar al punto de equilibrio y de la igualdad.
Vaya entonces desde aquí una sincera felicitación a todas las mujeres en su día, reconociéndoles su valor. Pero desde luego la mejor forma de reconocer la importancia de la mujer es fomentando la igualdad de género no solo en su día, sino los 365 días del año. Sigamos adelante con esta lucha que falta mucho por trabajar. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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