Por Arturo Fernández Ramírez
Como cada año, en la época de estiaje los incendios forestales están a la orden del día, dañando nuestros ecosistemas, convirtiéndose en un grave problema que difícilmente parece tener solución en el corto o mediano plazo.
Ciertamente los mayores daños de los incendios se reflejan en la parte ecológica, pero también, no puede ignorarse que se afectan las finanzas públicas porque se invierten recursos económicos, materiales y humanos para tratar de reducir al mínimo posible los efectos de las quemas forestales.
En teoría en nuestro país desde hace décadas se ha venido desarrollando una estrategia general de prevención y control de incendios forestales, sistematizada a través del Programa Nacional de Prevención de Incendios Forestales, y en cuya aplicación participan instituciones de los tres órdenes de gobierno, organismos civiles y voluntarios.
Y desde 2002 la instancia responsable de la operación y coordinación general del Programa de Incendios es la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).
Sin embargo, por más esfuerzos que se realizan, los incendios siguen cobrando más hectáreas cada año.
Por ejemplo, de acuerdo a la CONAFOR, en el periodo comprendido del 01 de enero al 07 de abril de 2016, se registraron 3,974 incendios en 31 entidades federativas, afectando una superficie de 46,871.87 hectáreas. De esta superficie, el 95.64% correspondió a vegetación en los estratos herbáceo y arbustivo y el 4.36% a arbóreo.
Las entidades federativas con mayor número de incendios fueron: México, Ciudad de México, Hidalgo, Michoacán, Puebla, Tlaxcala, Jalisco, Chiapas, Morelos y Chihuahua, que representaron el 82.39% del total nacional.
Mientras que los estados con mayor superficie afectada fueron: Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Puebla, Sonora, Hidalgo, Veracruz, México, Jalisco y Zacatecas, que representaron el 70.43% del total nacional.
Como podemos constatar, no son nada alentadores los anteriores números.
Y lo peor de todo es que las principales causas de estos siniestros son la negligencia, la indolencia o la ignorancia de nosotros como seres humanos y "dueños" del ecosistema.
Es necesario que aparte de las acciones gubernamentales, cada uno de nosotros adquiera una verdadera conciencia social para dimensionar el daño real que cada año ocasionan estas quemas forestales, se está acabando nuestro planeta.
Dicen que siempre será mejor la prevención que la reacción, por lo que aquí como en muchos otros problemas sociales, la prevención está en nosotros como sociedad. Ojala que así lo entendamos antes de que lo lamentemos demasiado tarde. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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