jueves, 21 de enero de 2010

En qué piensan las mujeres cuando hacen el amor?

Lizeth Sevilla

Hay momentos en los que uno formula preguntas que tienen la tendencia a volvernos locos, pero entre mujeres -no todas, por supuesto- ninguna pregunta está demás, todas son importantes, algunas generan un ruido interno, inquietud al punto de la psicosis y aunque no todas tengan respuesta, porque las hay indecibles, todas las decimos.
Una de esas tardes en las que Ariana y yo hablábamos de cosas mundanas como el dinero, el desempleo y lo que sigue después de titularnos, de pronto soltó una pregunta que me sacudió porque no la esperaba: ¿En qué piensa la gente cuando hace el amor? En ese momento sacamos algunas ideas, tal vez en nada, tal vez se pierden, tal vez en la persona con la que están, dicen algunos, en el momento, pero en realidad, esa pregunta es trascendente, porque hay una diversidad de preguntas que uno se hace mientras se está en La petite mort. Es como preguntarse, en este mismo momento, en la ciudad, cuantos orgasmos se están viviendo, cuantas mujeres en histeria evitan todo contacto con el placer... asuntos en los que la estadística no tiene ingerencia.
Lo cierto es que muchas mujeres, en diferentes circunstancias, abren sus sentidos y en ese momento de lucidez, en el que se toman decisiones, uno se hace preguntas también y dependiendo de los fantasmas, el deseo, el placer siempre se piensa. Mujeres que abren sus sentidos y capturan aromas, fluidos, roces en la piel, sensaciones nuevas, mujeres que piensan si las quieren o sólo es un momento fisiológico del que son presas, al final de cuentas eso de hacer el amor lo afinaron los humanistas y el hombre, mujeres que piensan en sus madres o en el quehacer diario, mujeres que se fugan de ese momento por no ser erótico o mutuo... 
Pero también está la otra vertiente de la pregunta, porque pensar involucra cosas, gentes, momentos, dolores... y entonces, ¿en quién piensan las mujeres cuando hacen el amor? ¿en sus novios? ¿en sus esposos? ¿en sus amantes? O es un momento crucial porque salen los fantasmas entre las manos de sus parejas, porque alguna caricia sea semejante a un recuerdo, porque alguna palabra evoque memorias inciertas y placenteras, voces, miradas, rostros...
Es interesante y a veces caótico inferir que alguna mujer, no pueda explayarse y experimentar sensaciones en su piel y en el alma, ciertamente la ciudad está repleta de ellas, y caminan inexpugnables por las calles y los portales, tienen una vida cotidiana, van a los bares, a los cafés o al cine, son exitosas profesionistas y amas de casa, estudiantes y trabajadoras de mostrador...con ellos, complacientes manipuladoras, amorosas novias, lúdicas amantes... entre ellas, cómplices de fantasmas y preguntas.
Dicen los expertos, que Freud, murió con un misterio sin descubrir, Qué es lo que quieren las mujeres... Yo me quedo con ese diálogo de la película de Almodóvar, Hable con ella, cuando Benigno y Marco sostienen una conversación sobre sus dos mujeres en coma: 
Benigno: Hable con ella y cuénteselo.
Marco: Si me gustaría, pero ella no puede oír
Benigno: El cerebro de la mujer es un misterio, y en este estado más...




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