Por Arturo Fernández Ramírez
Como cada año, como cada ciclo escolar, hoy estamos viendo nuevamente la forma en que en las diferentes escuelas públicas cobran las famosas cuotas "voluntarias" condicionando la inscripción de los alumnos al pago previo de dicha cuota.
Ciertamente el artículo 3 de nuestra Constitución Federal establece con toda claridad la gratuidad de la educación pública, pero también como lo hemos dicho, el disfraz legal de estas cuotas se hace a través de las sociedades de padres de familia, es decir, en estricto derecho, no es el gobierno, no es la Secretaría de Educación, ni las escuelas, quienes cobran este dinero, sino que son los mismos padres de familia los que organizados en un patronato determinan en asambleas el monto anual que deberán pagar por alumno para ayudar a la escuela.
El caso es que la inscripción de los alumnos la llevan a cabo las escuelas mismas y como parte de los documentos para realizarla exigen el comprobante de pago de esas cuotas, de lo contrario, se niegan a admitir la matrícula de los estudiantes.
Por eso resulta contradictorio que las autoridades educativas por un lado en su discurso oficial aseguren que están en contra de estas cuotas pero por otro lado toleren que al momento de las inscripciones se estén condicionando al pago previo de este recurso económico.
Lo peor es que aparte de la ilegalidad e inconstitucionalidad de estas cuotas, muchas veces han sido objeto de malos manejos por quienes están en la mesa directiva de los patronatos, ya que como las mismas se depositan en cuentas bancarias de algún miembro del patronato, al final del año resulta que no se destinó ese dinero a la escuela sino a otros fines ajenos y que el beneficiario de esa cuenta simplemente desapareció.
No dudamos que en muchos casos el dinero que se recaba a través de esas cuotas sí ha servido para mejorar la escuela misma o incluso a mantener a la institución en el programa de Escuelas de Calidad donde se tiene que dar una aportación para que se aprueben proyectos a favor de la escuela.
Sin embargo, el punto fundamental y que no podemos perder de vista es que no deben ser esas cuotas porque contravienen a la Constitución misma, porque se vulnera un derecho fundamental como lo es la educación gratuita y porque aunque parezca que no, pero sí da pie a que muchos niños y niñas pasen a formar parte de los que no pueden estudiar precisamente por falta de recursos económicos, ya que muchos padres de familias optan mejor por no mandar a sus hijos a la escuela por no tener dinero para pagar lo que les cobran.
Ojala que realmente en este próximo ciclo escolar el gobierno de Jalisco apoye a todos los estudiantes con mochila, útiles escolares, uniformes y transporte, como lo está prometiendo, pero también sería deseable que combatiera a fondo y en realidad las cuotas voluntarias que mucho afectan la economía de bastantes familias. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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