viernes, 16 de mayo de 2014

Aquí Usmajac
Por Rodrigo Carrión Grajeda
El proyecto salinista de privatización del campo mexicano en todo su apogeo
Después de que en nuestro país en 1993 se implementara el programa PROCEDE, programa de certificación y titulación de terrenos ejidales, una gran parte de terrenos principalmente los llamados comunales han estado pasando a terceras personas.
    Nomás como una muestra de lo anterior, aquí en nuestro municipio en el Ejido Sayula los terrenos aparentemente inútiles por salitrosos que en 1995 se certificaron al oriente de la ciudad, rumbo a la playa seca, hoy día los miramos en manos extrañas produciendo algún tipo de cultivo exitosamente   cambiando totalmente la visión del rumbo y sobre todo cumpliendo el propósito para lo que se repartieron.
     Lo malo es que quienes deberían de estar disfrutando de sus beneficios, o sea herederos de los fundadores del Ejido,la gran mayoria optaron por venderlas a terceras personas,  privando a sus hijos de las bondades de nuestra madre tierra.
     Con otra, los nuevos dueños al desconocer los principios Zapatistas que dieron origen al reparto de las tierras Ejidales entre la gente pobre, después de que compran estas propiedades, cambian el destino de sus parcelas a la propiedad privada desmembrando así poco a poco los ejidos en nuestro querido México con las fatales consecuencias que todo esto traerá el día de mañana terminando de nuevo los mejores terrenos en manos de los puros ricos como a principios del siglo XX.
    Que gran verdad el dicho aquel entre los mexicanos, de que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido. Pues de momento quien vende sus tierras ejidales se mira con dinero, muy volado y hasta presume de su nueva condición económica sin pensar seriamente que el dinero se acaba en un dos por tres, despertando en dos o tres años a una cruda y cruel realidad, y sin quien les haga el favor de ver por ellos y más si ya están viejos o enfermos.
     Muchas de estas personas me consta, han muerto de pura tristeza, solos y extrañando sus tierritas, pues hasta los mismos hijos al mirar que no fueron los herederoso sucesores, los abandonan a su pobre suerte.
     A poco creían que el propósito del capital con Salinas en la presidencia de la Republica era para beneficiar a lo pobres?
     Y no nomás el gobierno tiene la culpa de todo lo anterior, ejidatarios sin escrúpulos cuando fungen como autoridades ejidales, ignorantes de las consecuencias a futuro,sin ningún miramiento legalizan los trámites de compra venta traicionando por unos cuantos pesos los ideales de quienes dieron su vida porque los mexicanos tuvieran tierras para la manutención y progreso de sus familias.
    Decía mi estimado amigo Juan Torres Santana, si el General Zapata viviera, no ajustarían los postes de la luz y el teléfono para colgar a tanto traidor empezando con nuestro municipio.
     Quien sabe por quién lo diría? En fin 85 años de vida ejidal han sido suficientes para saber quién es quién como ejidatario pues los más fieles quedaran portando orgullosamente la estafeta aun si los ejidos desaparecen por esta y otras causas.
     Quienes en su momento traicionaron el espíritu socialista de los revolucionarios siempre llevaran la mancha de la traición aún cuando se hayan llenado descaradamente los bolsillos de dinero.

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