Por Arturo Fernández Ramírez
Este 15 de mayo se celebra a quienes desde las aulas forman generaciones de niños, adolescentes, jóvenes y adultos, por lo que indudablemente su desempeño tiene una repercusión directa en nuestra sociedad.
Los maestros, docentes, mentores, profesores o como se les quiera llamar, tienen una loable pero a la vez delicada tarea y compromiso con toda la comunidad, ya que sus enseñanzas se ven reflejadas en todos los ámbitos de nuestra nación. Como en todos los gremios, hay quienes sí cumplen íntegramente o incluso van más allá de lo normalmente les pudiera corresponder en su quehacer académico, pero, también hay quienes sin tener vocación y sin tener la voluntad de desempeñar con decoro su trabajo, manchan la imagen positivamente que tradicionalmente se ha tenido de los maestros.
Aunado a lo anterior, actualmente viven momentos cruciales con la entrada en vigor de la llamada reforma educativa, mediante la cual, de acuerdo al sentir de la mayoría, no es otra cosa más que permitir "legalmente" la intromisión directa del gobierno federal en el sector educativo pero no en lo académico sino en lo administrativo y político, pretendiendo ejercer un control directo en los docentes por encima de su propio sindicato, que dicho sea de paso, ha empezado a perder la fuerza que otrora tuvo y con la cual defendió derechos laborales.
Pero la pérdida de esa fuerza sindical no solo se ha debido a la imposición de los líderes por parte del gobierno federal, sino que también las fisuras internas y grandes escisiones que ha sufrido el sindicato oficial (SNTE) le han restado presencia y sobre todo, credibilidad frente a sus propios afiliados.
Y es que no es para menos, porque frente a los embates de la llamada reforma educativa, tanto desde que se estaba gestando hasta después de que se aprobó, los líderes del SNTE en lugar de informar, cuando menos de manera imparcial, sobre los verdaderos alcances y repercusiones de esa reforma, resulta que las reuniones que en toda la república hacían era para desinformar, para desanimar e incluso para amenazar a quienes se oponían a esa reforma educativa.
Es decir, el sindicato oficial o mejor dichos sus líderes, sirvieron de operadores políticos (o esquiroles) del gobierno federal para sofocar las inconformidades contra esa reforma educativa a pesar de que efectivamente se vulneraban derechos laborales.
Agitadores o también llamados "gente de choque" fueron enviados desde las cúpulas del SNTE a toda la república donde los maestros trataban de organizarse por sí mismos para obtener información real sobre la reforma educativa. La consigna era disolver esas asambleas para que no creciera la inconformidad contra el gobierno federal. Fue así como el SNTE se prestó a servir al gobierno federal en contra de sus propios afiliados, en contra de quienes con sus cuotas mantienen los lujos con que viven la mayoría de los altos líderes sindicales. Y así quedó consumada la reforma educativa. En fin, como dijimos, los docentes viven tiempos difíciles pero no por ello imposibles de superar o de revertir, todo es cuestión de que logren organizarse con, sin, en contra o a pesar del apoyo que puedan recibir de su sindicato.
La fuerza del magisterio no está en un sindicato, sino en los propios maestros siempre y cuando muestren capacidad de organización, solo organizados podrán frenar los atropellos de que puedan ser objetos.
Son ustedes la clase pensante de nuestra sociedad; son ustedes los que inculcan los ideales de lucha, de superación, de firmeza, de progreso y de tenacidad en las generaciones que pasan por sus aulas; son ustedes los que forman el presente y el futuro de nuestra sociedad; son ustedes los que tienen en sus manos el destino de nuestro país; por eso, son ustedes los que menos pueden claudicar en la lucha por un México mejor. Y por todo eso y más, desde aquí les decimos FELIZ DIA DEL MAESTRO y a seguir adelante que nuestra nación confía en ustedes. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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