Por Arturo Fernàndez Ramìrez
Este próximo 08 de marzo tendrá lugar la celebración internacional en pro de la mujer, por lo que en definitiva bien vale la pena hacer un análisis al respecto.
Aunque fue a partir del 8 de marzo de 1975 cuando las Naciones Unidas comenzaron a celebrar el Día Internacional de la Mujer, la realidad es que sus antecedentes se remontan a muchos años atrás, ya que el origen de esta celebración está inmersa en las luchas que desde el siglo XIX empezaron a librar las mujeres para que se les reconociera una igualdad frente a los hombres.
Entonces, el punto esencial del Día Internacional de la Mujer estriba precisamente en lograr la igualdad entre hombres y mujeres, por lo que para entender a cabalidad la razón de ser de este día, debemos tener muy claro en qué consiste la igualdad de género.
El gran filósofo griego, Aristóteles, desde hace miles de años estableció un principio en torno a este concepto, concluyendo en que la verdadera igualdad es la que se aplica en función de la realidad social que se vive, en la que se reconoce que no todos tenemos las mismas condiciones de vida, en la que se parte de la existencia de grupos vulnerables que requieren una atención especial, por lo tanto, para hablar de una verdadera igualdad se debe tratar "igual a los iguales y desigual a los desiguales".
Si entendemos este principio aristotélico, nos daremos cuenta que en realidad no tienen razón quienes critican el Día Internacional de la Mujer bajo el argumento de que con eso se está generando una desigualdad, ya que, se dice, "entonces que también se celebre el Día Internacional del Hombre para estar así parejos".
Es decir, suponen que al establecerse un día especial para un género, se está excluyendo al otro y por lo tanto, se genera una desigualdad. Esto definitivamente es inexacto, porque se descontextualiza la celebración de sus orígenes, de sus antecedentes, de su razón de ser.
Debemos entender que si fue instituido un día especial y exclusivo para el sexo femenino, es porque históricamente la mujer ha sido marginada, excluida, discriminada de muchos derechos y actividades que se consideraban exclusivas del hombre. Es decir, ante una desigualdad social, se debe dar un trato desigual, preferencial, para romper con esa inequidad hasta que se haga efectiva una verdadera y auténtica igualdad de género.
Entonces, el Día Internacional de la Mujer es tan solo una acción encaminada a romper, a abatir y a acabar con esa desigualdad existente, ya que es necesario que ante una disparidad, ante una desigualdad, ante una situación de vulnerabilidad, se dé un trato preferencial a favor de quien sufre la marginación hasta lograr que cese la misma.
Por ello, lejos de ver el Día Internacional de la Mujer como una acción que fomenta la desigualdad, debemos visualizarla como parte y símbolo de una lucha contra la desigualdad.
Y mientras la mujer siga siendo objeto de marginación y discriminación, no solo el Día Internacional de la Mujer se debe promover, sino que será necesario que se impulsen muchas otras acciones hasta lograr una verdadera equidad de género.
No podemos negar que se ha avanzado en esta lucha, legalmente se han venido reconociendo diversos derechos a favor del sexo femenino, de ahí que hoy en día existan muchos instrumentos para hacer valer la equidad de género.
La reforma constitucional en materia de derechos humanos del 10 de junio de 2011, significó un paso importante en esta lucha porque la persona y sus derechos fueron colocados como eje central de la impartición de justicia, estableciendo como obligación de toda autoridad el promover, respetar, proteger y garantizar, bajo los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad el derecho a la igualdad y a la no discriminación, consagrados en los artículos 1° y 4° constitucionales, así como en diversas disposiciones internacionales como la Convención Sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer.
Ya en el plano de las leyes ordinarias y a propósito del año electoral, no podemos pasar por alto que hoy en día nuestras legislaciones que regulan las elecciones, pretenden garantizar la equidad de género al establecer como obligación a los partidos políticos que en la designación de las candidaturas que habrán de registrar, tendrán que respetar la cuota de género, de tal manera que el 50% de dichas candidaturas serán asignadas a las mujeres y el otro 50% a los hombres. Se pretende así hacer efectiva la equidad de género a favor de las mujeres, ya que antes de esa obligación legal, normalmente el 80% de las candidaturas eran acaparadas por el hombre y el resto por las mujeres.
Sin embargo, se debe estar consciente que la simple existencia de disposiciones específicas que reconocen los derechos de las mujeres no resuelve las situaciones que de facto y de manera estructural les impiden gozar de manera efectiva de sus derechos.
Por eso es necesario que la lucha continúe, que no solo se hable de la equidad de género en el Día Internacional de la Mujer, que no solo ese día se recuerde que el hombre y la mujer en realidad son iguales ante la ley, que no solo ese día pretendan reconocerse los derechos y prerrogativas de la mujer. Es necesario que el reconocimiento a la mujer sea los 365 días del año. Entonces, que la lucha siga porque todavía falta mucho por hacer, todavía persiste la violencia, la marginación, la discriminación y la desigualdad contra muchas mujeres. Esto debe acabar y de todos depende. Así que todos manos a la obra y a respetar a todas las mujeres. Por lo pronto, quiero enviar desde aquí una sincera FELICITACION A TODAS LAS MUJERES POR SU DIA, FELICIDADES A TODAS. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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