lunes, 31 de agosto de 2015

Especial para Horizontes...
La organización económico-política del Sayula del siglo XVI
Reportaje de Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa


La investigación económica del México de los siglos XVI y XVII, es incipiente, lo que aquí hemos presentado y presentaremos a continuación, es información  fragmentaria al respecto, y las hipótesis planteadas en estos trabajos no intenta sentar verdades últimas, sino servir como base para iniciar la polémica que lleve necesariamente a investigaciones formales en esta área del conocimiento en el sur de Jalisco.
Resulta, por otra parte, para el lector común, interesante la visión analítica del inicio de la colonia en lo que fuera el señorío de Tzaulan; develando mitos y, utilizando el método del materialismo histórico para encontrar la ruta evolutiva de nuestro país como una nación con un pasado que determinó nuestro actual estado de subdesarrollo económico con respecto a la potencia occidental del norte, nuestra permanente crisis social y política, hasta nuestra visión trágica de la identidad nacional.
Enrique Krause, historiador liberal mexicano, comentando su último libro que trata de ahondar en nuestro subdesarrollo como país, comenta sobre Porfirio Díaz que: "Díaz traicionó el ideal liberal", ese fue su mayor pecado, según Krause. Olvidando el eminente intelectual, la dictadura sangrienta del porfirismo, que intentó modernizar al país a cualquier costo, según los postulados comtianos de la época ¿Traicionó Porfirio Díaz el Liberalismo? ¿O más bien fracasó en su intento por desaparecer la tradicional organización comunitaria que tenia su origen en lo profundo de la sociedad precolombina, que daría origen a las políticas agrarias de Zapata y Villa en la revolución de 1910 y que culminaría en la creación del ejido, como victoria pírrica frente a los pequeños propietarios liderados por Venustiano Carranza? Como sea, para Krause, éste candado constitucional a la propiedad privada, que se fortaleció con el General Lázaro Cárdenas, nos tiene en la adolescencia económica, cultural, política y social como país, que nos impide integrarnos al paradigma global de mercado, según don Enrique Krause.
Nada nuevo, la tradición de la propiedad comunitaria en resistencia frente a la voracidad de la propiedad privada germen del capitalismo, fue uno de los problemas que enfrentó la administración de Indias y la corona española en el siglo XVI, durante la colonia en México. Concretamente en nuestra región, la antigua provincia de Ávalos, cuyo centro administrativo y político se encontraba en San Francisco de Sayula allá por el 1545, los registros marcan el año de 1598, septiembre 10, como la fecha de formalización de la comunidad indígena de esta zona ante la corona (Ramo de indios, archivo general de la nación). Para entonces Alonso de Ávalos ya había muerto y la región tenia tributando a razón de 50% para el comunero y 50% para el rey, por los menos desde 1530, con montos importantes que superaban a regiones más pobladas y extensas de principios de la colonia, como ya lo habíamos visto en otra entrega.
Los colonizadores, luego encomenderos, se enfrentaron a la corona por el jugoso tributo de los pueblos conquistados de la Nueva España; por paradójico que parezca, la corona estaba a favor de las comunidades indígenas, y trataba de frenar la voracidad de los encomenderos españoles, pero no por gracia del "Humanismo renacentista" del rey Carlos V, si no por políticas económicas de la corona española:
"A los conquistadores les tenia sin cuidado la justicia  distributiva. Simplemente habían conquistado el Nuevo Mundo: Eran el único poder in situ. Podían usurpar la tierra y el trabajo indígena a voluntad ¿quién los iba a detener?... los hombres (soldados de Cortés) reclamaron su recompensa por su valentía con tierras e indios (encomienda)…Cortés incluso cometió el error de favorecer la encomienda en una carta dirigid a al rey Carlos V. Fue un error político, y acaso el inicio de su mala fortuna. El rey contestó prohibiendo la encomienda…Cortés debió sentirse verdaderamente maldito cuando regresó de Honduras en 1525, de una expedición larga e inútil, y descubrió que la ciudad de México había sido reconquistada por hombres vestidos de negro, la burocracia real española…Cortés fue acusado de robar el tesoro de Moctezuma, defender a la nobleza indígena, incluso de estrangular a su esposa…fue condenado, humillado y regresado a España."  Carlos fuentes, El Espejo Enterrado.
Los encomenderos dispusieron, a pesar de las leyes de protección de los indios, de las tierras y el trabajo de estos, incluso de tierras que ellos no habían conquistado como fue el caso de los hermanos Dávalos o Ávalos, Juan, Hernando y Alonso, la habilidad de éste último para lidiar con la burocracia real lo dejó a cargo de la encomienda La provincia de Ávalos, hasta su muerte; jamás hubo quejas de maltrato o abuso por parte de los naturales del encomendero Don Alonso de Ávalos, cosa poco creíble que refuerza la tesis de su cercana relación con la burocracia real, que aún después de la caída en desgracia de su primo Hernán Cortés, esta no le afectó políticamente, pues luego de un breve lapso que le fue retirada, recuperó su encomienda. A la corona le preocupaba precisamente esto, la actitud voraz de los encomenderos, el poder que acumulaban y la desaparición de la tradicional organización comunal indígena:
"En El sistema social azteca, la explotación estaba basada no en la propiedad privada de la tierra como en el sistema esclavista o feudal, sino en la esclavización generalizada de las comunidades…el tipo de economía que se desarrolló con la propiedad privada colonial (encomienda) tomó formas desconocidas en el mundo prehispánico; en cambio entre la corona española y las comunidades indígenas vino a ser una continuidad de los elementos tributarios de la sociedad precortesiana.  La visión de un imperio basado en el tributo de innumerables comunidades, pueblos, villas y ciudades independientes en su régimen interno, pero sometidas al poder central, dimana de la esencia misma del estado español, tal como éste era en el siglo XVI y XVII."  Enrique Semo, Historia del capitalismo en México, edición Era SEP 1987
A diferencia de otras monarquías absolutistas de la época, que para doblegar a los señores feudales se vieron obligadas a fomentar los centros mercantiles o ciudades y a apoyar a la clase comerciante en sus ambiciones de propiedad  privada (capitalismo temprano) y poder económico; el poder de la corona española descansaba en dos pilares sólidos: la Iglesia católica y la experimentada burocracia real española. Durante la lucha contra el islam, que forjo su nacionalismo, las tierras conquistadas a los moros eran repartidas entre señores feudales que cedían voluntariamente el poder político y administrativo a la corona española. Consolidándose una solida burocracia española conocida como los letrados, que más tarde organizaría al Nuevo Mundo en comunidades en la lógica prehispánica, pero sometidas política y administrativamente a la corona, aboliendo por decreto real las encomiendas. Esto lógicamente enfrentó a los terratenientes y a la corona; es decir a la propiedad comunal de la tierra y a  la propiedad privada de esta que reclamaban los primeros:
"Al principio la corona se opuso a toda iniciativa de los colonizadores que escapara a su control y pusiera en peligro la estructura tributaria de la organización comunitaria tradicional. Legalmente las propiedades tradicionales de los indios fueron  consideradas concesiones de la corona a las comunidades indígenas; el estado se reservó el papel de árbitro supremo y directo,  "protector" de los indios. Sin embargo, los conquistadores se apoderaron paulatinamente de las fuentes de riqueza.la corona no dejó de defender a las comunidades indígenas, pero cedió a la presión de los colonizadores en la medida que esto le significaban ingresos fiscales jugosos:" ibid., p. 86
En 1521 una rebelión de los conquistadores, cambió la política de la corona de tolerancia y se dedicó a consolidar su hegemonía, sometiendo el surgimiento de señoríos basados en la propiedad privada de la tierra en las colonias, intentando forjar un estado en el Nuevo Mundo donde todos dependieran política y económicamente en forma directa de la corona española, lo cual funcionó como un poderoso freno a la disolución del sistema despótico-tributario y de la propiedad comunal de la tierra en la Nueva España:
"A esta política se opusieron los intereses de los colonizadores, algunos de ellos tenían aspiraciones señoriales (¿los "curros"…?) y querían convertirse en una clase dominante paralela a la que existía en España…todos querían enriquecerse rápidamente  y querían que se les diera carta blanca para apropiarse de la mano de obra indígena y la tierra. Para conseguir ambas cosas, estaban interesados en debilitar o destruir el sistema de producción basado en la comunidad agraria o propiedad común de la tierra. Así, la comunidad indígena encontró en el sistema colonial protectores interesados y enemigos voraces…Después de algunas vacilaciones, el indio fue declarado hombre libre, subordinado directamente al rey, pero se le prohibió el uso de vestimenta europea, armas de fuego y caballos…se le impuso tributo, que pesaba sobre él como un estigma. Muchas leyes penales no tenían jurisdicción sobre él, pero se le limitó el derecho a la propiedad individual y se le prohibió contraer deudas de más de cinco pesos. Los indios no podían ingresar a los gremios de la ciudad y su libertad de movimiento tenia importantes limitaciones" ibid., pp. 69-70
Estos títulos de propiedad comunal de la tierra, de comunidades indígenas, fueron los que intentó Emiliano Zapata, en 1910, usar como evidencia para reclamar las tierras despojadas por las haciendas a campesinos indígenas; este reclamo del derecho a la propiedad privada de la tierra, fue el que se opuso entre los autores de un mismo bando durante la revolución y que enfrentó a Zapata y Villa contra Carranza; esta forma de entender la propiedad del territorio nacional es el que nos enfrenta como pueblo a las políticas neoliberales del régimen priista actual y sus reformas. La posesión ancestral de la tierra, usurpada primero por los conquistadores, explotada por la corona, motivo de la revolución mexicana de 1910 y de la actual división social y política del país; es la misma que en 1598 un 10 de septiembre, se le otorgó a los indígenas del Sayula colonial, para organizarse y pagar tributo a la corona española, mismo que la evidencia actual acusa fue usurpado por los colonos españoles, exterminando en casi su totalidad a los indios locales para apropiarse de la tierra comunal de Sayula que por derecho les pertenecía a los indios. Hasta 1921, gracias al General Lázaro Cárdenas, los descendientes mestizos de los indígenas de la cuenca de Sayula, reorganizaron su ancestral forma de propiedad comunal de la tierra en el ejido, pero como en la colonia, no se logró recuperar toda la tierra, y en los años noventa del siglo pasado un decreto de Carlos Salinas de Gortari, modificando el articulo 27 constitucional, atentó de nuevo contra esta forma de organización milenaria, argumentando lo obsoleto y mediocre de la producción comunal en favor de la industrialización y la privatización, con las consecuencias que hoy vemos de explotación indiscriminada de la tierra, contaminación y acaparamiento.

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