sábado, 26 de septiembre de 2015

LA POLITICA DESDE GAYOLA
por Rodrigo Sánchez Sosa
Uno de los problemas que enfrenta el gobierno federal, es sin duda, los desaparecidos en todo el país. Luego de los fuertes cuestionamientos a la procuraduría federal por su pésimo trabajo al frente de la investigación en la desaparición de los 43 normalistas, el gobierno intenta inútilmente lavar su imagen. Su credibilidad está en su punto más bajo y ha hecho lo imposible por mantener su imagen, sin lograrlo.
El hecho es que un escándalo tras otros desde hace un año acompaña este gobierno, corrupción, ejecuciones extra judiciales y desaparecidos son el distintivo del gobierno de Enrique Peña Nieto. ¿Cómo lavarle la cara tan sucia a un gobierno que ya no inspira confianza? Se podrá imponer las formas que pretende el gobierno federal, pero no prevalecerán, porque ellos mismos saben que sin la confianza de los ciudadanos ninguna medida o reforma funciona.
Pero, esta gente pronto pierde piso, el desfile de las fuerzas armadas en el aniversario de la independencia del país, tan cuidadosamente orquestado a modo, da la sensación de una seguridad que no se tiene. Tan es así que al siguiente día, comió con los elementos que participaron en la parada militar del 16. No solo fue un gesto de buena voluntad para el ejército mexicano, que los jefes acogieron con entusiasmo. El presidente de la república envió un mensaje a sus enemigos al apelar a la lealtad del ejército, y como si fuera un dictador se esconde tras los soldados para no ver la poca aceptación y el mediocre trabajo en materia de seguridad e impartición de justicia que ha hecho su administración.
Eso siempre es peligroso para los pueblos, muestra el grado de violencia que podría destapar un descontento generalizado que en un momento dado atentase contra el orden impuesto. En la cámara de diputados las posiciones frente a los desaparecidos en todo el país difieren, los panistas quieren una fiscal integrada por fiscales y jueces extranjeros; los priistas hablan de una fiscalía especial para el caso y El PRD apoya la fiscalía pero con sus candados. Y es que es un fenómeno que no se puede ocultar, mucho menos ignorarlo, y lo peor fue tratar de encubrirlo. Los 43 siguen desaparecidos, y nadie ni el gobierno sabe qué les pasó, cualquier gobierno que se precie en el mundo no puede considerarse legítimo si no esclarece un problema nacional de esta envergadura.
No resulto apostarle al olvido, y es que no es solamente los desaparecidos, se suman la inseguridad, la corrupción de la justicia, la crisis económica, la frivolidad del gabinete federal, y la siempre presencia oscura del crimen. Aquí en Sayula pronto veremos a nuestro nuevo presidente municipal en funciones, Jorge Campos. Increíblemente, y por acción de una campaña orquestada desde la oposición, la imagen de Jorge Campos, se comienza a diluir, su falta de asesoría, y confianza, ha permitido esto supongo.
Tenemos a dos medios locales sobre cualquier cosa que haga el alcalde electo de Sayula, aun columnista obsesionado con él, y a una opinión pública que no le gustó nada a designación de un funcionario del pasado ayuntamiento verde ecologista, del que se tiene muy mala imagen. La constante en el trienio de Campos Aguilar, será la guerra de medios, un nuevo periódico comenzó a circular precisamente después de su triunfo, haciendo obvias sus intenciones, y aquellos que se caracterizan por su gusto por el amarillismo, están a la espera de comenzar su trabajo encargado por sus patrones de la oposición.
Vamos a ver cómo se defiende Jorge, porque en el trienio que se avecina su dependencia de relaciones públicas tendrá que estar a la altura de los rudos, que no se tientan el corazón, y a Jorge ya lo traen de encargo, luego de que les arrebatara un triunfo electoral que creían seguro. Mal tiempo le tocó la presidencia que tanto buscó, austero y con el avispero enojado. Vamos a ver el carácter del presidente municipal electo puesto a prueba los tres años que siguen.

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