domingo, 24 de julio de 2016

LA CUESTA DE....SAYULA

Es de nuestro Blogg de Horizontes en nota publicada en el 2010, pero no pierde actualidad, la recordamos hoy: 

Notable oposición ciudadana a la quema de cohetes

De unos años a la fecha se ha incrementado la oposición ciudadana a la costumbre de quema de cohetes en las celebraciones de barrio principalmente, por las muy evidentes molestias que el fuerte estallido de estos artefactos explosivos ocasiona a las personas principalmente a los niños que son sobresaltados continuamente y que por momentos son verdaderamente insoportables, según manifiestan vecinos entrevistados por este semanario quienes exigen por este medio las autoridades pongan un hasta aquí a esta práctica tan molesta como irresponsable como igualmente antidemocrática, porque si bien es cierto que hay personas que les gusta este tipo de expresión, muchas otras no están de acuerdo y en ningún momento se les pide su autorizaciòn para tener qué soportar este martirio de la quema de cohetes, en ocasiones a muy evidente deshoras por las noches.
En estos días un grupo de personas recolecta firmas ciudadanas para seguramente apoyar su solicitud hacia las autoridades. Vecinos del barrio de San Lucas, refieren que en los pasados días tuvieron que sufrir un verdadero martirio con el estruendo de cohetones por una festividad religiosa al parecer por la calle 5 de Mayo que sobresaltaban sobremanera a los niños en algo verdaderamente insoportable. El caso es que ya vienen los festejos del patrono del barrio (San Lucas) y seguramente "volverá el martirio", subrayan los vecinos entrevistados.
Además del peligro que representan en sí todos los explosivos, recuérdese la tragedia que se vivió precisamente en un festejo en el barrio de San Lucas no hace muchos años, que dió lugar a la muerte de un jovencito vecino del barrio de La Pilita que tras la quema accidental de un “manojo” de cohetes, cayó desde lo alto del templo de San Lucas.  La quema de cohetes, si bien es una tradiciòn legendaria de los pueblos, debería reglamentarse adecuadamente, vemos por ejemplo cómo en plenas peregrinaciones los "cueteros" van quemando los cohetes entre el mismo público con el gravísimo riesgo de que alguno de ellos se desvíe hacia la gente. Por más que presuman de saberlos lanzar, el riesgo es latente y real. ¿Imagínese que uno de estos cohetones le explote en plena cara a uno de sus pequeños hijos..?. El enorme derroche que representa literalmente quemar el dinero en cohetes, bien pudiera utilizarse en otras obras materiales para el mismo templo o en ayuda social para tanta gente necesitada. ¿O no?.

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