La basura en las calles, un foco de infección peligroso
Por: Rodrigo Sánchez Sosa.
Los camiones de recolección de basura en el municipio, varían en su horario, lo cual hace que la gente saque la basura a la acera o el arroyo de la calle con anticipación el día programado. Las bolsas y botes con basura permanecen en vía pública hasta 12 horas en espera de ser recogidas. Algunas esquinas se convierten en basureros improvisados, con el consiguiente peligro sanitario. Muchos hogares desechan material peligroso como jeringas, medicamentos caducos y material de desecho de enfermos, en los mismos recipientes que los residuos orgánicos, plástico, papel, vidrio y hasta comida. En las horas que permanece la basura en la calle, animales, sobre todo en la periferia, hurgan en los recipientes en busca de comida, desparramando toda la basura. Para cuando el recolector pasa, los empleados de limpieza del municipio no tienen tiempo de recoger la basura esparcida. Así quedan a merced del viento y el agua, pañales, papel sanitario y material peligroso. La separación de basura y el reciclaje que comenzó como un programa de la anterior administración municipal, por razones desconocidas se abortó sin previo aviso, a pesar de que no pocas personas en el municipio separan los residuos en las casas, muchos no saben que hacer con la basura separada. Los más, cómodamente mesclan todo y lo dejan en la calle en espera del camión recolector. Esta practica es un riesgo sanitario, es más común de lo que esperaríamos. Por su parte aseo público, los empleados, denotan una falta de organización, y si bien es difícil para ellos recoger la basura que los animales tiran de los recipientes, por cuestión de tiempo. Se debería implementar un programa para prevenir este problema. Mientras tanto, heces fecales en papel sanitario y pañales, material bilógico potencialmente peligroso, se acumula en esquinas, se pulveriza y termina en nuestros alimentos por acción del viento. Que tomen nota los regidores comisionados: Concepción Figueroa, Teresa Alvarado Guerrero, Sergio López Orduñez y Javier Aranda Cantero.
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