lunes, 8 de diciembre de 2014

TEMAS DE INTERES

LIC. ARTURO FERNANDEZ RAMÍREZ

SAYULA QUEDA FUERA DE LA ALIANZA PRD-PAN EN JALISCO
Una vez que venció el plazo para registrar coaliciones ante el Instituto Electoral de Jalisco, se puso fin a todas las especulaciones que se habían desatado en torno a las alianzas que con miras al proceso electoral de junio de 2015 podrían darse entre los partidos con presencia en nuestra entidad federativa.
            Al final de cuentas se registraron dos coaliciones, la del PRI con el PVEM y la del PAN con el PRD.
            Desde luego que la alianza que más polémica desató y sigue desatando es la del PRD-PAN, por razones obvias, ya que se consideran los partidos con las ideologías políticas diametralmente opuestas, por eso se afirmaba que era unir el agua con el aceite.
            Se podría afirmar que con sus respectivas evoluciones, pero el PAN y el PRD representan la histórica lucha de los liberales contra los conservadores que tantas muertes, violencia, guerras y revoluciones ha sufrido nuestro país.
            Por eso, desde esta perspectiva sí resulta un tanto incongruente que ahora estos dos partidos hayan decidido unirse para enfrentar una contienda electoral. Vamos a tratar de analizar qué tanta razón se puede tener al respecto.
            Para empezar, no es la primera vez que ambos partidos van unidos en una elección, puesto que en otras entidades federativas ya se habían dado coaliciones entre el PAN y el PRD, solo que ahora por ser la primera vez en Jalisco, nos está tocando ser partícipes de los debates que en torno a esta unión se han suscitado.
            Dicen que las cosas se ven de acuerdo al cristal con que se miren o con que se quieran mirar. Y más cuando de política se trata, donde es común que la forma sea fondo.
            Si vemos esta coalición desde el punto de vista ideológico e histórico, es claro que resulta una incongruencia total y quizá hasta una traición a los ideales de cada partido y a los grandes personajes que a través de los años han enarbolado y luchado por defender hasta con la vida la respectiva doctrina de izquierda o de derecha. En ambos bandos hay héroes que con su ejemplo lograron trascender en la historia.
            Sin embargo, si vemos las cosas en forma diferente, podríamos tomar como referencia lo que López Obrador decía en las dos veces que ha sido candidato a presidente de la república, palabras más, palabras menos, expresaba los siguiente: “invitemos a los militantes de todos los partidos a que se sumen a este proyecto de nación que impulsamos, también invitemos a los del PAN, pero a los de abajo, porque con ellos no estamos peleados, ellos están igual de jodidos que nosotros, el problema es con los de arriba, con los que representan la verdadera mafia del poder, con los grandes empresarios que se confabulan con los altos políticos del PAN y del PRI para imponer sus políticas neoliberales que tienen sumidos en la miseria y en la extrema pobreza a millones de mexicanos”.
            Es decir, López Obrador hacía una clara diferenciación de la militancia de un partido político, entre los que están en la cúpula del poder y los que están abajo, entre los que tienen el poder de decisión y los que en realidad carecen de toda influencia para incidir en una política pública, entre los que tienen como su principio una doctrina de derecha y los que simplemente hasta la desconocen.
O dicho más cruelmente, entre los que utilizan las siglas de un partido político para sus ansias de poder personal y los que simplemente son utilizados, muchas veces sin darse cuenta de lo que arriba se decide, de lo que arriba está en juego, de lo que arriba “se negocia”.
En otras palabras, la mafia política que tiene secuestrado a nuestro país, los llamados poderes fácticos que son los que realmente gobiernan en México e imponen a los presidentes de la república, son personajes que lo mismo les da estar en un partido político o en otro porque al final de cuentas la única filosofía que los mueve es la ambición personal sin importarles en lo más mínimo el auténtico bienestar social.
Entonces, aterrizando estos puntos de vista a la coalición que nos ocupa, nos damos cuenta que al ser únicamente entre municipios, en su mayoría con presencia electoral marginal, el fin que la motivó fue meramente electoral partiendo de la situación actual que prevalece en el PRD y PAN con respecto a las otras fuerzas políticas, por lo que podrá decirse que no comprometieron o en nada incidió su respectiva ideología.
Además, debemos reconocerlo, en estos niveles “de abajo” no es común ya, salvo excepciones por supuesto, que la militancia de los partidos se forme en función de una doctrina partidaria, sino más bien influyen otros factores en la preferencia política.
Y aunado a lo anterior, ha sido claro que desde hace años la ideología, lamentablemente, ha pasado a segundo término, de ahí la razón por la que se ha agudizado el cambio de partido político como si de cambiarse ropa se tratara.
Ahora bien, los partidos como organizaciones políticas tienen entre sus filas cuadros políticos, que dependiendo la perspectiva ciudadana, pueden ser considerados como buenos o como malos, como sanos o como insanos, como honestos o como deshonestos.
Toda organización tiene entre sus agremiados personajes que popularmente tienen mucha aceptación, pero también tiene los que simplemente son rechazados por la sociedad. En toda estructura se cuenta con militantes que ya han demostrado honestidad pero también con aquellos que han demostrado deshonestidad.
Y por todo ello, hemos visto en muchos municipios cómo alguien emanado de la derecha gobierna con más tintes de izquierda y viceversa, uno de izquierda con más acciones de corte derechista. También hemos visto en varios municipios que un gobierno honesto puede emerger de  manera indistinta de una organización de derecha o de una de izquierda.
Por supuesto que con todo lo anterior no pretendo decir que ya no hay políticos con ideales, claro que los hay, claro que todavía hay muchos que actúan en función de sus principios doctrinarios de la política.
Lo único que quiero dejar en claro es que actualmente existe una grave crisis política y más en los partidos, lo que ha dado como resultado una falta de principios y de doctrina en la mayoría de los que participan activamente en el ejercicio político. El pragmatismo en su máximo apogeo.

Por lo tanto, una conclusión a la que podemos arribar es que dicha coalición PRD-PAN ni es para satanizarla pero tampoco para santificarla, simplemente habremos de esperar a que el electorado sea quien la califique el día de la elección. Los resultados que arroje la elección en los 35 municipios donde se concretó la alianza, darán las respuestas que ahora son mera especulación. Por lo pronto, Sayula quedó fuera de dicha coalición, por lo que tendrá que enfrentar el próximo proceso electoral sin aliados formales. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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