sábado, 25 de junio de 2016

LA POLITICA DESDE GAYOLA

Por Rodrigo Sánchez Sosa

¿Qué es Cultura? Manual básico para una política cultural post moderna.
Todo lo que el hombre hace es cultura. El animal tiene instinto, el hombre cultura.  El animal tiene un medio natural al que se adapta, el hombre un medio social, producto de la cultura (que recrea). El animal es exclusivamente producto de la naturaleza, el hombre tiene su origen en la naturaleza pero lo determina la cultura. Todo lo que no es naturaleza es cultura. El hombre mismo en su expresión intelectual y espiritual es cultura. Ciencia y arte, como manifestación del hombre, son momentos del espíritu humano que es en esencia cultura. Sólo el hombre la da sentido a la realidad y esta se convierte en un momento de su espíritu; en otras palabras, abstrae la realidad para crearse, explicarse así mismo y al cosmos. El arte y la ciencia intentan explicar al hombre y al universo. La religión no es un apartado distinto a la dualidad arte-ciencia, es arte.  Como el arte, la religión busca fascinar antes que explicar; la ciencia tiene pretensión de verdad, la religión y el arte no. La ciencia parte de deducciones a partir de axiomas; es decir llega a verdades generales partiendo de verdades evidentes de las que no se puede dudar; la religión parte de dogmas, "verdades" que se imponen y de las que se puede dudar, da ahí que la fe sea creer en cosas que no son evidentes pero se sienten validas. El arte parte de principios estéticos, tiene pretensiones no de verdad ni de fe, sino de belleza; belleza entendida como la entendían los griegos: bello es lo que es bueno para el espíritu. Y en esto absorbe a la religión, en la búsqueda de lo bueno para el espíritu; más el arte prescinde de códigos morales y se rige por códigos estéticos. El artista como el sacerdote busca fascinar, adentrar a su audiencia en una realidad trascendente, más allá de las apariencias, una realidad esencial, de un mundo que se experimenta, no se demuestra. La experiencia mística o estética, no requieren de ser demostradas ni demostrables, basta con vivirlas; las verdades científicas deben ser demostrables y falseables, de otro modo se convierten en dogmas o perspectivas estéticas. La totalidad de la actividad humana se comprende en esta triada, que más bien es dualidad: lo que no es arte es ciencia, o dogma. Hay un metaelemento en esto que engloba la cultura, la filosofía, que no es ciencia, ni es arte, ni es religión. La Filosofía es pensamiento pesándose así mismo, por ello hay filosofía del arte, filosofía de la ciencia, filosofía de la religión o teología y  filosofía de la cultura. La filosofía es el saber mismo; pero ¿el saber de qué? El saber del hombre. La filosofía es un espejo en el que se ve el hombre, más allá de su condición natural, más allá de su condición social; más allá de su condición cultural. Pero entonces, si lo que no es naturaleza es cultura ¿qué es la filosofía? ¿Naturaleza? Aquí precisamente está el meollo del asunto: la filosofía es cultura, no pertenece a los instintos primarios de sobrevivencia, es producto del hacer colectivo del hombre, es producto del leguaje; pero que trasciende el lenguaje y lo símbolos para hacer de estos mismo objeto de su reflexión; por ejemplo, un matemático, no se pregunta que es un número; un creyente no se pregunta qué sea un  dogma; un artista no se pregunta qué es el símbolo, un hombre no se pregunta qué sea la cultura; lo dan por hecho, de otra manera no habría ciencia, ni religión, ni arte, ni hombre; aunque todo vaya a contestar una pregunta más profunda, que se sublima en estas actividades, es decir: ¿qué es el hombre?. La misión de la filosofía es, hacer las preguntas pertinentes, platearlas de forma correcta; solamente. La filosofía no puede dar respuestas últimas a todas las preguntas que se puedan platear respecto a la realidad creada por el hombre, eso le compete a la cultura.
Por eso nos es difícil responder a la pregunta ¿Qué es cultura?, porque es preguntarse, ¿qué es el hombre? Y si la cultura misma trata de responder a esta pregunta, se puede ver que es necesario recurrir a la filosofía para plantearse la pregunta correctamente: Todo lo que hace el hombre es cultura, porque en ese hacerse se busca así mismo, busca saber: ¿Quién es?, ¿Qué hace aquí?, ¿A dónde va cuando muere? La paradoja es que en ese buscar, se hace así mismo, se da sentido, ya que, la vida del hombre no tiene sentido, es una forma de crear sentido. Así pues hablar de cultura es hablar de la creación de sentido en la vida del hombre. No hay alta cultura y cultura popular o vulgar, esos son conceptos emanados de una sub categoría: la social, que divide a los hombres entre valiosos y presidiables de acuerdo a los interese de cada sociedad: racionales e ignorantes; pecadores y santos; de buen gusto y mal gusto, ricos y pobres. Como sub categoría no puede imponer al concepto cultura tales divisiones. La cultura o es cultura o es naturaleza. Las expresiones estéticas, religiosas, científicas y sociales, solo pueden ser adjetivadas al interior de sus propios círculos de valor en cada esfera con las implicaciones inherentes a esta. De manera que una obra literaria, plática o sinfónica, etc. Solo se sujeta a valores propios desarrollados en el devenir de  la historia del arte; y así cada sub categoría de la cultura. La confusión puede darse al aplicar indistintamente el concepto cultura a las categorías de esta: aunque el arte es parte de la cultura, la cultura no es solo arte, ni se limita a las valoraciones de este con respecto a lo que es o no es cultura: el grafiti en la esquina de cualquier ciudad del mundo  es cultura, tanto como los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano; pero, el grafiti x, no es necesariamente una obra de arte, y todos las obras de Miguel Ángel incuestionablemente lo son. Lo mismo con la ciencia, la teoría de la Evolución y el creacionismo son cultura, pero definitivamente, el creacionismo no es ciencia. No hay alta ni baja cultura, hay cultura, la expresión del hombre que nos habla tanto de lo sublime que es el "David" de Miguel Ángel como de lo decadente que es Disney World. Quizás no nos guste, pero eso es el hombre y eso nos muestra la cultura, el sitio en el que nos encontramos respecto de la animalidad, construyéndonos como humanidad, creando sentido a la vida o preocupándonos por nuestros instintos básicos, animales, haciéndolos pasar tramposamente como innovadoras creaciones de la humanidad; los instintos básicos se nos dan hechos, no los creamos, no importa cuánto los maquillemos y convirtamos en apetecibles productos de mercado. La cultura es lo que hacemos con lo que heredamos de nuestros antepasados y lo que hicieron ellos, lo que vivimos a diario, lo que damos por hecho, lo que creemos normal; pero también es el espejo que si nos miramos en él podremos vernos tal cual somos. Quien se interesa por la cultura, se interesa por el hombre, por la humanidad en  general, aceptando lo bueno y lo malo de esta; se interesa por el sentido a construir que nos compete como hombres y mujeres a todos.

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