domingo, 19 de junio de 2016

LOS CAÑONES ANTIGRANIZO

Por Arturo Fernàndez Ramìrez


Indudablemente siguen dando de qué hablar los aparatos que algunos agricultores utilizan ante el inminente temporal de lluvias, es decir, los cañones antigranizo, que en teoría deberían ser utilizados únicamente para inhibir la caída de granizo que daña los frutos y pone en riesgo la inversión que se hace en los campos.
El punto sigue siendo el mismo: mientras quienes usan los cañones afirman que no inhiben las lluvias, en contrapartida el grueso de la población y agricultores mismos sostienen que esos aparatos sí ahuyentan las lluvias, afectando así el éxito de las cosechas y por ende la inversión que se hace.
Pero también, el otro punto es que las autoridades han rehuido enfrentar de fondo el problema, ya que aunque en principio las legalmente competentes para actuar son las federales y en su caso las estatales, la realidad es que dejan todo en manos de los municipios, que son los que por tener el contacto directo con la población, reciben los reclamos de la ciudadanía inconforme con los cañones antigranizo.
El municipio como tercer nivel de gobierno, tiene muchas limitaciones para actuar. En primer lugar las lagunas legales que le impiden saber hasta dónde llegan sus facultades para proceder en contra de quienes usan los cañones antigranizo.
Se insiste, por la naturaleza del problema, se puede deducir que en realidad la competencia legal para actuar es federal y estatal y en un menor grado municipal.
No se trata de evadir una responsabilidad pretendiendo argumentar si tal o cual nivel de gobierno es el que por ley debe actuar, mientras que la ciudadanía sigue resintiendo los perjuicios de una acción.
Si es cierto que los cañones antigranizo se utilizan exclusivamente para inhibir la caída de granizo, entonces, como dice la ciudadanía ¿por qué ante el menor asomo de una nube son utilizados inmediatamente y en forma excesiva? Esto es lo que realmente molesta a la población.
Lo lógico es que no se usen los cañones hasta que inicien las precipitaciones pluviales, de tal manera que si es lluvia normal, no se utilicen y solo en el caso que empiece a caer granizo, entonces, solo hasta entonces, se puedan apoyar los agricultores en esos artefactos para diluir el granizo.
Suena fácil hacer lo anterior, pero la realidad es que no se hace y esto es lo que está provocando que con justa razón amplios sectores de la población muestren su molestia en contra de los cañones antigranizo.
Entonces, lo que se necesita no es prohibir los cañones antigranizo, sino más bien regularlos, que no se abuse como parece ser se está haciendo desde hace tiempo dando como resultado que se altere el temporal de lluvias.
Ojala que los tres niveles de gobierno atiendan lo más pronto posible esta problemática antes de que se salga de control como ha sucedido en otros municipios en donde la sociedad civil cansada de la apatía de las autoridades, ha actuado por su cuenta. Que cada quien, gobierno federal, estatal y municipal, hagan lo que legalmente les competa y dejen de estar eludiendo su respectiva responsabilidad. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com


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