jueves, 17 de septiembre de 2009

Editorial

"¿Combate a la pobreza ?"

Pareciera ser que con el combate a la pobreza por parte del gobierno federal pasa algo parecido como con el combate a las drogas: “se va ganando aunque no lo parezca”. Porque sexenios van y sexenios vienen y sin embargo, la pobreza va en aumento, es decir, la cantidad de pobres se ha incrementado considerablemente, posiblemente porque en realidad eso es la meta de los gobiernos pasados y futuros: hacer cada día más pobres para que los que ya estábamos no nos sintiéramos tan solos. Sería como la viejita que llega a una tlapalería y pide algo bueno para las ratas, y el vendedor le da un veneno, a lo que la viejita se molesta diciéndole: “oiga, le dije algo bueno no algo que las mate”.

Sería contraproducente que los pobres nos acabáramos; que dejáramos de serlo y que ya no existiéramos nunca más en el país, pues la pobreza es la bandera de lucha de todo buen político que se precie de serlo; es lo que enarbolan siempre los candidatos a un puesto de elección popular en sus campañas: su lucha contra la pobreza. Si bien dicen que en contra, los resultados indican todo lo contrario: que están a favor de ella, de ahí que hoy haya más pobres. Además si se acabaran los pobres ya no habría programas que aumentaran el presupuesto y por ende la burocracia encargada del papeleo. Los té de beneficencia, teletón y cosas parecidas ya no tendrían razón de ser; las esposas de los políticos no tendrían a quien regalarle cosas para quedar bien tomándose la foto y que la opinión pública viera que son buena onda y que se preocupan por los “más necesitados”, etc.
Es obvio que todo lo hecho hasta hoy en contra de la pobreza ha salido mal; que todo lo planeado no ha dado los resultados esperados o tal vez sí, es decir, que posiblemente hoy estemos viendo el verdadero fondo de lo planeado a través de los años: hacer más pobres. Porque quizá alguien recuerde lo que pasó en el sexenio de Miguel de la Madrid, cuando se infló artificialmente la Bolsa de Valores, y los intereses que pagaban los bancos a quienes tenían su dinero a plazo se incrementaron bastante; tanto que por cada millón de pesos de ese entonces, daban de interés cien mil o poco más, así que los ahorradores con dinero a plazo de tres o seis meses reinvertían todo lo que tenían invertido ilusionados con dichos intereses que les generaba su dinero a plazo; tanta ilusión tenían, que muchos hasta vendieron propiedades para invertir más y más, inclusive hubo gente que decía que ya no tendrían que trabajar más, pues con los puros intereses que les estaba dejando su dinero la podrían pasar bomba, que nada más era cuestión de hacer una buena roncha, sacar los intereses y volver a invertir y así hasta el infinito. 
Quizá si haya habido quien haya aprovechado y sacado sus intereses a tiempo; sin embargo, sí hubo gente que con el ánimo de incrementar más y más su capital dejó correr el tiempo. Y precisamente con el tiempo se esfumó su dinero, pues el interés que daban los bancos bajó considerablemente; tanto, que ya no era llamativo invertir a plazo, pero el daño estaba hecho: mucha gente se quedó sin sus propiedades que vendieron para invertir a plazo y ya no pudieron recuperar nada, teniendo que irle mordiendo a lo ahorrado poco a poco hasta acabar con todo o casi todo lo que habían logrado ahorrar.
Y luego viene el famoso crac de la Bolsa de Valores en 1987 que también dejó en la calle a muchos ilusos que creyeron en el boom de la misma. Personas que también vendieron propiedades para comprar acciones dizque porque todo estaba en auge y que blah, blah, blah. Gente que invitaba a familiares, amigos y conocidos a invertir en la Bolsa de Valores dizque porque estaba dando muchas ganancias; y nada: todo también era pura ilusión. Y si a todo esto le aunamos que en 1993, ya en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari los millones de pesos se convirtieron en miles, esto también traumó a mucha gente, pues quien llegó a tener por ejemplo, 200 millones ahorrados, estos se le convirtieron de la noche a la mañana en 200 mil; hubo gente que no soportó tanto. 
Fue el tiempo en que algunos analistas dijeron que la clase media alta del país había desaparecido para dar paso solamente a dos clases: la rica y la pobre, pues mucha de la gente que creyó en los intereses de los bancos y en el boom de la Bolsa, pasaron a engrosar la fila de los pobres. Y henos aquí, cada día se adhieren más al equipo a pesar de la lucha y combate contra la pobreza. 2 por ciento de aumento para ayudar a la pobreza, ¿para aumentarla quizá? 

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