jueves, 17 de septiembre de 2009



Temas de Interés

Por Arturo Fernandez Ramírez

"Ahora los jaliscienses pagaremos 380 millones de pesos perdidos en el fracaso de la Villa Olímpica"

Justamente eso fue lo que costó el capricho personal (no se le puede llamar de otra forma) del todavía presidente municipal de Guadalajara, Alfonso Petersen Farah, quien ante la evidente inviabilidad de la construcción de la Villa Panamericana en pleno centro de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, se encaprichó en hacerla ahí provocando la inversión de mas de 300 millones para tales fines, mismos que ahora todos los jaliscienses tendremos que pagar.

 Ni el lugar era el mas adecuado porque el centro de Guadalajara carece de infraestructura moderna (las redes de agua y drenaje son obsoletas, las calles -muchas de ellas de arroyo reducido- provocan constantemente graves congestionamientos viales, entre otras deficiencias) ni los vecinos que ahí vivían estaban de acuerdo en ser despojados de sus propiedades, ni los que viven en los alrededores por todas las complicaciones que dicha villa acarrearía. Muchos inconvenientes que saltaban a la vista desde un inicio, pero el presidente de Guadalajara aprovechando que tenía el poder, quiso en forma caprichosa que ahí fuera construida la famosa Villa Panamericana.
 Hoy, mas allá del trasfondo político que pudiera o que de hecho lo hay en este Tema de Interés de los juegos panamericanos (Alfonso Petersen lucha no por los juegos panamericanos sino por su futuro inmediato político a partir de enero cuando deje de ser presidente; mientras que el PRI lucha porque al final de cuentas se les reconozca a ellos todo mérito de esos juegos que se llevarían a cabo durante su administración) lo que verdaderamente importa es que después de mas de un año de haber estado invirtiendo millones de pesos en construir la villa panamericana en pleno centro de Guadalajara, se vino abajo ese proyecto porque se reconoció su inviabilidad técnica en dicho lugar.
 Y obviamente, al venirse abajo ese proyecto, todo lo que hasta el momento se había venido invirtiendo (ya se habían comprado muchos terrenos, ya se habían destruido muchas construcciones, entre otras acciones que implicaron erogación de dinero) y que asciende a aproximadamente 380 millones de pesos, simplemente quedó en la nada.
 Hablar de 380 millones de pesos perdidos a causa de un capricho personal, es algo que definitivamente nos debe indignar y mas en estos tiempos de crisis para los municipios.
 Queda claro que aunque se piense que esos 380 millones de pesos los sufragará el municipio de Guadalajara, la realidad es que, como lo hemos venido sosteniendo, el Gobierno del Estado ha respaldado en todo a ese municipio, de tal manera que esa suma de dinero a la postre será pagada por todos los jaliscienses.
 Además, de manera oficial se ha reconocido que con los recortes presupuestales, alrededor de 40 municipios de Jalisco están en quiebra. Y no obstante que no se ha querido dar a conocer de manera oficial el nombre de esos municipios, ha trascendido que todos los de la zona metropolitana están incluidos en esa lista.
 De hecho, Guadalajara ha reconocido dificultades para cubrir las prestaciones laborales de sus trabajadores, lo que no deja lugar a dudas de su verdadera situación económica.
 Luego entonces, al haber invertido la capital tapatía 380 millones de pesos en un capricho de su presidente municipal y hoy en día carecer de dinero para concluir su trienio y el Estado entrará al quite en esa carencia de recursos, es mas que obvio que todos los que vivimos en Jalisco pagaremos ese grave error de un panista.
 Nuestro municipio de Sayula ejerce un presupuesto anual aproximado de 55 millones de pesos, el cual se ha visto drásticamente reducido a partir de julio de este año, pero se dejará sentir más todavía el próximo año.
 En otras palabras, 380 millones equivalen a casi 7 años de presupuesto de nuestro municipio. Es decir, lo que se invierte en aproximadamente 35 mil habitantes (según datos del INEGI de nuestra población) durante 7 años, resulta que por un capricho, unos cuantos se lo gastaron o lo derrocharon en aproximadamente un año.
 Desgraciadamente no existe la más mínima posibilidad de que pueda fincarse una responsabilidad por tan negligente actuar de ese tipo de gobernantes. Lo único cierto es que todos, sin deberla ni temerla, pagaremos esos platos rotos, sufriremos los embates de la crisis provocada mas por la corrupción de los gobernantes que por otros factores. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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