domingo, 15 de noviembre de 2015

El caballo cruzado español y la doma vaquera

             Por Federico González Alfaro

La siguiente serie de artículos, está dedicada a mi hijo Santiago, apasionado a las artes ecuestres, jinete de corazón y amante de sus caballos.
Antes de hablarte Santiago del Charro mexicano, necesito, primero y antes que nada, que conozcas de un noble animal, el Caballo Cruzado Español y de la doma vaquera española, madre de la doma Charra, Gaucha, del Adiestramiento Olímpico, Etc. todas tienen los mismos movimientos básicos que te están enseñando a dominar, pero nunca dejaras de aprender. Cada caballo, coma cada jinete es distinto.
Tu abuelo, me transmitió el amor a los caballos desde muy niño, mismo amor que le heredaron tus antepasados de Balmaseda, la villa más hermosa del mundo. El divorcio de tus abuelos cuando tenía 9 años de edad, me imposibilitó seguir con la escuela de la doma española que tú si estas aprendiendo a dominar, más nunca dejaras de aprender. Yo, me tuve que conformar con simples paseos a caballo con los Colin y con mi tío Nacho. De tu abuela, guardamos, memoria de caballeros.    
Tu abuelo, tus familiares en Balmaseda, mis amigos en España y cuadras como El Retoñal y La Hacienda La Albaida, te pueden hacer una bella descripción de este majestuoso animal y de tu doma vaquera española.  Ahí puedes aprender más de la misma.
Hijo. El caballo cruzado español, no es un caballo que puede presumir de su "pureza de sangre".  Como su nombre lo dice, es una cruza de Caballos Arabes, Andaluces, Lusitanos, Bereberes y Anglos. Muy parecido a tu cuarto de milla, de mediana alzada, gran potencia en sus posteriores, rápidos y ágiles, nobles y potentes, capaces de reaccionar prestos a las ayudas del jinete sin descomponerse, valientes, siempre reunidos,   dispuestos para rodarse y seguir galopando y arreando. Este caballo tan completo, le ha dado a tu doma vaquera española el sello de la belleza y sobriedad característicos de este tipo de monta.
Jinetes como tú, que siguen esta monta, son los que la mantendrán viva y conservarán esta tradición en el campo, capaces de trabajar ya sea con vacas o con toros bravos, ya sea arreando, derribando, con los antiguos métodos empleados en las tareas de campo. Esta doma, te da la destreza para moverte junto al ganado, de aquí le viene el nombre.  Es por ello el galope corto y largo, tus cambios de pie por derecho, tus pasos atrás con salida al paso, tu paso de costado en ambos sentidos, tus pasos en círculos a ambas manos, con las espuelas, utilizando o no la brida o rienda pero sin descuidar nunca el paso relajado y calmado para no alterar ni a tu caballo, ni al ganado. Nada que ver con la monta descontrolada y agresiva que lastima al caballo de los muy mal llamados pseudo-jinetes, que aquí abundan, por qué no merecen ese término. Alguien que no respeta, cuida y quiere a su caballo, nunca merecerá el nombre de jinete.
La monta española, se siente, se lleva en el alma tuya y de tu caballo, ambos entran en un estado de equilibrio y dominio perfecto que les permite entrar a las más diversas condiciones y circunstancias del campo bien parados, firmes, seguros. Tu caballo confía totalmente en ti y tú en tu caballo, ambos dejan de ser entes separados y se convierten en un solo ser. Esa es la belleza de la monta hijo, la que ya sientes, la que estas dominando. La que llevas en la sangre.

1 comentario:

  1. http://marin-lastmohican.blogspot.mx/2012/02/el-caballo-cruzado-y-la-doma-vaquera.html?m=1

    En esta fuente se documenta el tema.

    ResponderEliminar